Era la primera semana de Septiembre y tan solo quedaban 4 días para comenzar el nuevo curso y 2º de Bachillerato estaba a la vuelta de la esquina, pero no sabía por que últimamente tenía muy malas sensaciones y encima de que yo no era nada fiestera...., pero finalmente me decidí y terminé de arreglarme.
Me había puesto unos pantalones cortos azules, con una camisa blanca y las sandalias de tacón que me regaló mi madre por mi cumple del mismo color, pero lo malo era que con ellas me costaba un poco conducir la moto pero me conciencie de que iría despacio. Acto seguido fui a comprobar en el espejo que tal había quedado la media hora de probarme casi todo lo que tenía en el armario, y una chica bajita de pelo castaño me observaba tras unas gafas negras con unos pequeños ojos grises. Decidí que no estaba demasiado mal ya que nunca había querido ir demasiado arreglada.
Me puse a buscar el casco pero no lo encontraba por ningún lado hasta que recordé que me lo había dejado en casa de Elías, pero bueno ya lo recogería por la mañana.
Me coloqué la chaqueta de cuero, cogí el móvil, el dinero y las llaves y me fui dándole un abrazo rápido a mi hermana Clara, ya que mis padres no estaban pues era su aniversario y lo debían de estar celebrándolo en algún bonito restaurante.
Monté en la moto con sumo cuidado por que no quería arriesgarme a tener un accidente. Al llegar aparqué justo enfrente del pub Dioniso y me encaminé hacia la puerta de este. Al entrar mi mirada recorrió todo el local en busca de mis amigas pero lo único que conseguía ver era muchísima gente bailando en el centro de una pista color plata con un montón de luces parpadeantes las cuales dificultaban mucho la vista.
Fui hacia la barra para no quedarme plantada en la entrada como una tonta y al girarme me percaté de que Ali estaba sentada un par de taburetes más allá con Ismael, este si me vio pero le hice una seña para que no dijera nada y poder acercarme sigilosamente y darle un susto a Ali.
Poco a poco me coloqué detrás de ella y sin previo aviso le tapé los ojos con las manos, gesto que ella no esperaba ya que se sobresaltó y acto seguido comenzó a palpar mi muñeca en busca de alguna pista que le indicara quien era.
Cuando llegó a la pulsera de la que pendían tres pares de alas en colores con nuestras iniciales supo enseguida que era yo pues me la habían regalado ella y Lucy.
-Kate que susto me has dado, que guapa que vas- respondió mientras me hacia girar para mirarme por completo
Yo me quedé contemplándola unos instantes y no conseguía entender como ella, con ese precioso pelo rubio y aquellos ojazos azules, por no mencionar lo alta y esbelta que era y encima llevaba un vestido ajustado en rosa pálido a juego con la pequeña pinza del pelo que unía dos mechas en la parte posterior de la cabeza y para rematar unos altísimos tacones en color negro seguramente a juego con el bolso, podía siquiera mencionar que yo iba guapa, cuando no había comparación.
- Tu si vas guapa
- Bueno las dos estáis increíbles dejemoslo en tablas- dijo Ismael riéndose a la vez que me daba un cariñoso abrazo.
Me senté junto a ellos y pedí una refresco, estuvimos hablando una media hora hasta que reparé en que no había visto a Lucy por ningún lado, me dediqué a buscarla con la mirada y como no, la encontré en el centro de la pista bailando con un tío buenísimo y al finalizar la canción se acercó hacia nosotros.
-Hola cariño- dijo dándome un gran abrazo
- Veo que te lo estabas pasando de miedo
- Ay Kate, la vida es muy corta hay que vivirla- dijo arrastrándome con ella a la pista
Empezamos a bailar como si no hubiera mañana y durante las tres horas que allí estuvimos no pararon de acercarse tíos, ya que ¿quien no querría ligar con una chica delgada aunque no muy alta con el pelo castaño muy largo y unos grandes ojos marrones?,pero aquello era demasiado, así que cuando terminó la canción volvimos a la barra aunque Alicia e Ismael ya no estaban
Tras beberme dos refrescos necesitaba ir con urgencia al lavabo, pero cuando estaba apunto de llegar vi a una pareja besándose y por inercia sonreí ya que el chico me recordaba a Elías, de pronto la pareja se separó y no solo me recordó a el sino que lo era. Este levantó la cabeza y fue cuando reparó en mi presencia aunque yo ya había empezado a alejarme hacia la puerta un poco mareada y con la vista algo nublada.
Siempre había sido una chica fuerte e ignorar todo el mal que me pudieran hacer los otros con sus insultos y sus bromas pero en lo más profundo de mi yo sabía que eso no era verdad que era muy sensible aunque nunca había derramado ni una sola lágrima y esta vez no iba a ser diferente por muy vulnerable y débil que me sintiera no cedería.
Finalmente un par de lágrimas rebeldes consiguieron lo que nadie había conseguido, que llorara, pero no pensaba dejar que viera cuanto me había dolido aquel engaño, así que me fui lo más rápido que pude del pub dejando a mis amigos algo aturdidos que intentaban llegar hasta mi abriéndose paso entre la gente sin ningún éxito.
Llegué corriendo hasta Lola y me subí en ella metiendo a la vez las llaves en el contacto mientras que por el retrovisor pude ver a Elías haciéndome señas para que volviera, pero estaba tan furiosa que si volvía no sabía que sería capaz de hacer, así que aceleré todo lo que pude y enseguida me encontraba en una carretera solitaria lo que agradecí enormemente al acelerar todavía más.
Como podía haber sido tan idiota de creer que de verdad le gustaba, ocho meses perdidos por culpa de un imbécil que enseguida encontró a otra mejor que yo.
De repente vi un destello de luz cegador y después todo se quedó oscuro. Siempre había oído que cuando estás en una situación difícil ves pasar toda tu vida a modo de película pero lo único que fui capaz de ver fueron todas las buenas acciones que había hecho. Generalmente mi actitud solía ser buena ya que intentaba actuar racionalmente si bien no siempre lo conseguía ya que logré recordar cuando en 6º curso noqueé a una de las populares de clase, Isabella, ya que estuvo todo el curso riéndose de mi y de mis amigas por que nos pusieron el aparato justo el mismo mes.