Una historia de amor donde nada es lo que parece donde hay que renunciar a todo por el bien del ser amado, pero sobre todo por salvar a la humanidad

martes, 4 de agosto de 2015

Capitulo 18 : Acercamiento

Me coloqué mi bikini de "emergencias", que era el que usaba cuando tenía los otros para lavar. No me gustaba mucho por que era de color rosa odio el rosa y encima era de esos que no dejaban mucho a la imaginación con unos shorts y una camiseta. Cada vez que lo veía me acordaba del día que el me lo regaló. Ahora mirando hacia atrás fríamente me daba cuenta de que en realidad él no estaba contento con todo mi carácter aunque quisiera hacerse el sueco. Siempre me regalaba cosas que poco tenían que ver con mi personalidad, siempre intenté tomármelo bien. Todos los bolsos, maquillaje, ropa provocativa... era para que me pareciera más a la otra.

Después de un rato de pensar en todo eso me percaté que no me importaba lo más mínimo. Si que sentía un cariño especial hacia él pero no estaba enamorada. Era más como un primo o algo así por lo que pronto pude echar la vista atrás y casi reirme de todo. Además gracias a él y todo lo del pub pude conocer Alex, Peter, Miquel, Daniel...

Dejando todo eso a un lado agarré de mi armario una toalla azul de Piolín y salí del cuarto. Busqué a Alex por el apartamento para asegurarme de que no me oyera salir, pero no lo encontré, lo que era raro por que faltaba poco para "el toque de queda". Realmente no es que tuviéramos toque de queda pero era conveniente estar en nuestras habitaciones a partir de las 11. Metí la toalla en una mochila de cuerdas negra y blanca junto con una botella de agua fría, cogí las llaves y salí del apartamento.

En pocos minutos llegué al vestíbulo, el cual estaba completamente vacío, y me dirigí al bosque, donde me quedé plantada delante de los árboles pensando en la forma más rápida de llegar sin tener que caminar durante un cuarto de hora y recordé la clase de educación física. Volví a repetir los mismos pasos de por la mañana, cerré los ojos y me imaginé junto al lago de aguas cristalinas con las luciérnagas a mi alrededor. Respiré profundamente dejándome llevar y cuando abrí los ojos me encontraba donde quería estar.

Me descolgué la mochila dejándola junto a la orilla,  me quité los shorts y la camiseta de tirantes  y los lancé junto a la mochila y me zambullí en el lago. En cuanto el agua fresca chocó con mi rostro me terminé de despertar y mis músculos se relajaron.

Me puse boca arriba dejándome llevar contemplando las estrellas y por alguna extraña razón entre tanta paz notaba como que me faltaba algo o mejor dicho alguien.., las escasas veces que me había adentrado en el bosque nunca había estado del todo sola, siempre me terminé topando con Daniel.

Recordando a Daniel hice memoria de la historia que me contó y pensé en bucear en busca de la flor, ya que si existía la historia parecía más real. Aunque podía ser que alguien se la hubiera inventado a partir de dicha flor. Pero la curiosidad me pudo y comencé a sumergirme, buceando más profundo de lo que nunca lo había hecho pero la oscuridad se tragaba todo el fondo y tuve que salir a por más aire.

Lo intenté nuevamente bajando por la zona más próxima al borde por si tenía que salir muy rápido. Continué bajando todo lo que mis pulmones dieron de si cuando en el ascenso me percaté de algo que salía del borde del lago. La flor. Intenté enfocarla a pesar de la oscuridad y era tal y como la imaginaba por la descripción de Daniel. Era una flor preciosa con unos increíbles pétalos azules.

No pude admirarla mucho más por que mis pulmones ardían reclamando aire y ascendí rápidamente. Me quedé un poco helada reteniendo en mi memoria la imagen de la preciosa flor, pero lo que terminó por descolocarme era lo que me esperaba fuera del lago junto a mis cosas. No lo oí llegar como de costumbre pero desde que lo conocí era una de las primeras veces que de verdad me alegraba de verlo. Me sentía extraña yo sola en un lugar como este, aunque no quitaba que su presencia todavía tenía un efecto intimidante en mi...

Daniel se encontraba sentado junto a mis pertenencias con las piernas estiradas y sosteniéndose en sus fuertes brazos, sin quitarme ojo y con una media sonrisa en su rostro. Sus ojos conectaron con los míos y me negué a ser la tímida chiquilla que siempre deja que los demás pasen por encima de ella. Me apoyé en el borde cruzando los brazos sin apartar ni un solo segundo la mirada de él, lo que pareció sorprenderle ya arqueó una ceja.

- ¿Sabes que no deberías estar aquí? - preguntó con un tono sosegado

- Sí, pero intuyo que tu tampoco por que siempre esperas hasta tarde para venir

- Chica lista - dijo levantándose

Se sacó la camiseta que llevaba con un rápido movimiento, lo que me permitió ver como sus musculosos brazos se flexionaban. Se quitó los zapatos junto con los calcetines y los vaqueros que llevaba dejándolo todo junto a lo mío. Usando esos odiosos poderes se metió en el agua junto a mi tan rápido que casi no me di cuenta de que se movía.

Comencé a nadar alejándome de él hacia la otra orilla a pesar de que estaba molida de todas las clases, sobre todo las suyas, pero pronto se situó justo delante de mí cortándome toda vía de escape.

- Hoy has estado increíble en clase - dijo con una sonrisa satisfacción

- Tampoco ha sido para tanto - comenté notando como el calor que se acumulaba en mis mejillas. No era una persona a la que le gustara que la adularan

- La verdad es que si, has sido la única capaz de reaccionar con respecto a la situación que se os planteaba. Eso es lo que yo pretendía.

Cada vez se encontraba más cerca de mí y lo único que conseguí fue quedar completamente bloqueada, con mi espalda contra el borde del lago y Daniel delante.

- Eres más que una cara bonita - dijo de manera casi inaudible

- ¿Perdona? - repliqué creyendo que lo había entendido mal

- Que eres más resistente de lo que crees - respondió dejando atrás todas emociones de su rostro

En ese momento me di cuenta de que si lo había entendido bien, que no me lo imaginé, pero... ¿por que iba a pensar que yo era bonita? En fin yo solo era una alumna más, o eso creía yo. Aunque en realidad nunca se ha comportado conmigo como si fuera solo eso ¿no?

Mientras dejaba vagar mi imaginación pensando en la actitud de Daniel conmigo no me di cuenta de que se encontraba a escasos centímetros de mi. Volviendo al mundo real me concentré en esos preciosos ojos azules que brillaban con un sentimiento que me era imposible de descifrar, aunque si tuviera que apostar diría que era lujuria.

Intenté deslizarme hacia la izquierda yendo todo lo lejos que podía de él. Al final había sido una mala idea que estuviera aquí conmigo, pero era mejor que estar sola... Salí del lago y me enrollé en la toalla intentando secarme. Me agaché para sacar la botella de agua y recoger mis pantalones y al levantarme nuevamente el estaba ahí. Retrocedí de la impresión y su respuesta fue dar un nuevo paso hacia mi

- ¿Por que huyes de mí? - preguntó extrañado

- Y...yo no huyo - quise golpearme a mi misma por tartamudear, siempre me ocurría lo mismo

- Si lo haces -  dio un nuevo paso, y por instinto, retrocedí - lo ves

- Es..eso no t..t..tiene nada que ver

- ¿Te pongo nerviosa? - avanzó

- No - retrocedí topando con un árbol tras de mi

- Yo creo que si

Si en ese momento hubiera podido mimetizarme con el árbol lo habría conseguido de lo fuertemente presionada que estaba contra él. Puso sus musculosos brazos a ambos lados de mi cabeza y se inclinó ligeramente hacia delante. Ahora si que estaba acorralada

- ¿Esto te pone nerviosa? - preguntó

- N..no

Intenté mantenerme firme pero mi voz me delataba en todo momento. Yo podría hacer bien muchas cosas pero mentir no era una de ellas, siempre me daba por reírme o tartamudeaba e incluso una vez me eché a llorar.

- Mentirosa - me susurró en el oído, lo que provocó que todo mi cuerpo se estremeciera - dime la verdad, ¿estás nerviosa?

- S..si

- ¿Por que?

- Tú - fue lo único que conseguí articular

Creí notar que sonreía pero toda gracia abandonó la situación cuando me mordió el lóbulo de la oreja, provocando que todo el aire que no sabía que retenía saliera en un suspiro. Continuó bajando por mi cuello, logrando que una parte de mi se encendiera como un árbol de navidad. El calor pronto recorrió todo mi cuerpo añorando el frescor del agua.

Sin previo aviso una voz en mi cabeza comenzó a llamarme, al principio era un suave susurro pero enseguida me di cuenta de que era o mejor dicho quien era. Alex.

"¿Kate?"

"Alex"

"¿q...que h...h..haces?" - preguntó casi jadeando

"nada"

Y con ese último nada recordé donde estaba, con quien, y lo que casi estábamos a punto de hacer. Puse mis manos en su pecho sintiendo sus duros pectorales bajo mi tacto y lo empujé suavemente.

-Tengo que irme - dije saliendo corriendo

Me dejé la toalla junto a la mochila y la botella de agua, por suerte llevaba en la mano los pantalones, que me puse justo antes de entrar en la residencia y con la toalla podía cubrirme el pecho. Subí rápido al apartamento y al entrar escuché el agua de la ducha correr e imaginé que Alex se estaba dando una ducha fría, la misma que yo necesitaba, pero ignoré ese hecho. Entré en mi habitación, me puse el pijama y me acosté en la cama.

Cuando Alex toco a mi puerta y entró fingí estar dormida tan solo para no tener que darle explicaciones. Que iba a decirme, ¿que estaba con el profe de gimnasia?  Si eso quedaría muy bien. Prácticamente no dormí pensando que al día siguiente tendría que verlo de nuevo y no sabía como actuar ante él...

viernes, 17 de julio de 2015

Capitulo 17: Primer día de clases

Una intensa luz conseguía atravesarme los parpados, recordándome que ya era de día y que debía levantarme. Me giré en la cama buscando el teléfono para comprobar la hora. Las 6:30. Todavía tenía media hora más para dormir así que iba a aprovechar hasta el último minuto por ya que cierto ser de aspecto divino me mantuvo despierta hasta pasadas las 2.

- Kate despierta que vamos a llegar tarde - dijo una potente voz a mis espaldas

Me incorporé levemente y vi a Alex frente a mi con el ceño fruncido y dando ligeros golpecitos con el pie en el suelo.

- Solo son las 6:30 tengo tiempo - respondí tapándome la cabeza con la almohada

- Eso quisieras son las 7:40, te quedan 20 minutos para prepararte

Eso fue lo que necesitaba para terminar de espabilarme no podía creer que había apagado la alarma del móvil y había seguido durmiendo. Como una exhalación entre en el baño donde me duché y lavé el pelo batiendo mi récord personal ya que solía tardar mas de un cuarto de hora. Con la toalla enrollada sobre el pecho me lavé los dientes pensando en que esa mañana tendría de saltarme el desayuno lo que era un palo. Yo adoro el desayuno.

Al salir me encontré a Alex sentado en el sofá esperándome pero ignoré su presencia y fui directa a mi dormitorio donde como de costumbre me vestí con lo primero que hallé. Unos vaqueros anchos y mi camiseta azul favorita rematado con unos deportivos. No era la ropa más formal para el primer día de clase pero tendría que arreglármelas solo con eso.

Gracias a que dejé la bolsa preparada la noche anterior, la agarré de un tirón y apremié a Alex para que fuéramos lo más rápido posible. Cuando el reloj daba las 8 menos 2 minutos cruzábamos el vestíbulo del edificio lila donde todos los demás ya se encontraban reunidos.

Al entrar todos se giraron contemplándonos pero en cuanto Verónica comenzó a hablar volvieron a poner su atención en ella.

- Gracias por honrarnos con su presencia Alex y Kate, ya creía que tenían algo mejor que hacer - dijo mofándose de nosotros

- Lo sentimos no volverá a ocurrir - me apresuré a responder

En un principio, en las presentaciones, me pareció una persona agradable y simpática, pero ahora entendía lo de no juzgar un libro por su portada. Nos estaba tratando como si fuera un delito llegar tarde, aunque en realidad no era tarde, habíamos llegado dos minutos antes de las 8.

- Esperemos que en un futuro logren llegar al aula a tiempo

Esta tía era cada vez más antipática, ya estaba arrepintiéndome de estar allí y no había pasado ni una semana. Saber que tendría que soportarla por lo menos 5 años más se me hacía cuesta arriba.

- Bueno ahora que estamos todos, os voy a repartir los horarios para os dividáis bien el tiempo y no lleguéis tarde a las clases.

Nos fue llamando uno por uno entregando los horarios personalizados ya que no todos íbamos a estudiar lo mismo. Lo que yo me planteaba era cuales serían mis asignaturas pues lo que yo quería ser no era una carrera concreta.

- Katherine - dijo Verónica fuerte y claro - Contigo no lo hemos tenido muy claro, todos los demás sabían que eran lo que querían hacer pero en tu caso... bueno tienes una profesión un tanto abstracta. Los tres hemos debatido...

- ¿Perdón los tres? - pregunté algo confusa

- Si Dan, Raúl y yo - respondió como su fuera lo más normal del mundo y yo no fuera capaz de verlo - Los tres formamos la directiva de todo White Dove y por lo tanto los tres tomamos las decisiones que implican directamente a los alumnos. Como iba diciendo Daniel sugirió que te matriculáramos en Periodismo, dice que eres muy curiosa y que podría ser una buena opción.

Si bien soy una persona muy curiosa, y en ocasiones algo entrometida, no estaba del todo convencida de estudiar eso, y no por que yo no me lo hubiera planteado, si no por que no quería darle ese gusto a Daniel, aunque el no había hecho nada para que yo disfrutara llevándole la contra. Pero tampoco quería dar la imagen de niña mimada y caprichosa así que un poco a regañadientes accedí.

- Está bien, si consideráis que es la mejor opción para mi, no tengo ningún problema

- Estupendo- me contestó mientras me tendía mi horario

Lo cogí y a simple vista se apreciaba el cambio de clases ya que lo habían puesto por colores, pero lo que más llamaba mi atención era que tenía entrenamiento todos los días a primera hora y a última. Yo era una persona que disfrutaba con el agua y adoraba bañarme pero tenerlo que hacer dos veces al día me parecía excesivo.

Como debía cumplir con mi horario puse rumbo al edificio rojo donde nos encontrábamos Miquel, una chica de las que cuchicheaban en el salón y yo. Me parecía un tanto extraño que de 8 novatos solo estuviéramos tres, no eramos ni la mitad.

- Bienvenidos chicos hoy es vuestro primer día de clases y que mejor que con algo de ejercicio físico

Iba vestido con unos pantalones de chándal anchos que no dejaban ver sus sus piernas y una camiseta de tirantes que si mostraba sus perfectos músculos. Cada vez que se movía estos se tensaban y solo me venía a la mente en glorioso momento en el lago en el que estaba entre sus brazos Dios Kate céntrate en la clase.

- Pero no vamos vestidos para hacer deporte - replicó con una voz chillona la chica del sofá

- ¿Disculpa te llamas...? - preguntó Daniel

- Soy Kara - dijo con la mayor sonrisa que había visto en mi vida

He de que reconocer que era una chica preciosa, que desprendía sensualidad por donde la miraras. Tenía unas curvas de infarto lo que dejaba ver fácilmente con la ceñida camiseta y la estrecha falda que llevaba. Sus ojos eran negros y su pelo completamente rubio y rizado, parecía la protagonista de ricitos de oro. Estaba claro que Kara se estaba comiendo a Dan con los ojos, ¿pero de que iba esta tía?¿no podía ser más descarada y más obvia?. No paraba de agitar sus pestañas y atusarse el pelo, vamos que si no se le cayeron las bragas al suelo fue de milagro.

- Te agradecería Kara - dijo remarcando su nombre y con un tono cortante - que cuando quieras intervenir en mi clase levantes la mano y esperes que yo te ceda la palabra

Aquello la dejó perpleja, aunque yo no me quedaba atrás. La imagen que yo me había formado de Daniel era de el con un montón de mujeres a su espalda ya que tan imponente como era y esa forma seductora de hablar haría caer a cualquier mujer. Excepto a mí claro...

- Pe-pero yo s-solo...- tartamudeó

- Si me hubieras dejado terminar de hablar os habría dicho que es vuestra primera prueba física. Tenéis 2 minutos para cambiaros. El tiempo empieza.... ya

Nos costó un poco reaccionar pero los tres salimos disparados hacía la residencia, hasta que frené en seco dejando que ellos le adelantaran considerablemente. Pensé en lo que nos dijo en la sala del cambio Los Guardianes tienen casi cualquier poder que imaginen, así que ¿por que no probar y ahorrar algo de tiempo?

Me concentré todo lo que pude en mi objetivo que era mi armario y me visualicé justo delante de éste me dejé llevar por una fuerza que me arrastraba hasta él y cuando abrí los ojos allí estaba frente al ropero. Me aplaudí mentalmente y en cuanto me cambié a un pantalón de chandal ancho y una camiseta de propaganda, recogí mi pelo en una coleta y repetí el proceso pero esta vez me imaginé directamente dentro del gimnasio y nuevamente funcionó pero cuando volví a abrir los ojos me encontraba agotada aunque me enderecé y contemplé a un Daniel muy diferente al que habíamos dejado.

- Enhorabuena, eres la primera en llegar - me felicitó con una enorme sonrisa - al parecer tus compañeros no han sido tan espabilados como tú

Ante sus palabras lo único que pude hacer fue responder un tímido gracias y esbozar una sonrisa. Volvió a abrir la boca para decir algo pero en ese momento entró Miquel puesto de ropa deportiva y jadeando. Pocos segundos después apareció Kara igual que Miquel aunque de aspecto peor ya que tenía las mejillas muy rojas, el pelo revuelto y toda sudorosa.

- Al parecer la única que ha recordado que tenéis poderes es Kate ¿no?- dijo casi con orgullo - Os tengo que preparar físicamente pero debéis recordar que vuestra mayor defensa es vuestro poder

Nos dio una larga charla sobre fuerza ,poderes y demás y nos tuvo dando vueltas a la pista de fútbol el resto de la clase, según el para mejorar nuestra resistencia, según yo para apreciar mejor los encantos de Kara que llevaba una camiseta de tirantes que poco dejaba a la imaginación.

Las dos horas siguientes fueron de literatura universal asignatura que compartía con Alex, otro chico llamado Luke y Peter. La clase fue amena ya que el profesor Connor nos incitaba mucho a participar y casi no nos dimos cuenta cuando nos mandó a la siguiente.

Así fue pasando todo el día, incluso Gimnasia se me hizo tediosa pues continuamos con las vueltas de por la mañana. Estaba agotada, solo me apetecía darme un baño en agua fría y después de salir de la ducha ya tenía en mente cual sería mi entretenimiento de las próximas dos horas.

miércoles, 15 de julio de 2015

Capitulo 16: El Claro mágico

Por un momento me quedé en blanco, mi cerebro no era capaz de enlazar ningún pensamiento coherente y mucho menos articular palabra alguna. Así que respiré hondo he intenté hacer trabajar a mi cerebro pero para entonces ya tenía a Daniel sonriéndome al notar la reacción que había provocado en mi.

Como pude me aparté de él intentando conservar la poca dignidad que me quedaba. Me abaniqué ligeramente la cara que para ese momento ya me ardía y me alisé el vestido como pude intentando no levantar la mirada de la falda para no tener que mirar a Daniel a esos ojos tan intensos que me paralizaban y hacían que perdiera el hilo de cualquier pensamiento coherente.

Éste viendo que no reaccionaba volvió a aproximarse lo que me obligó a levantar la mirada y por segunda vez en esa noche lo único que me venía a la cabeza era ese hombre que hacía que se me cortara la respiración.

- ¿Vamos a darnos un baño?- preguntó rompiendo el intenso silencio que nos rodeaba

- Esto... s-si claro por supuesto- dije saliendo de los zapatos y retirando el vestido por la cabeza

Daniel me observaba con mucha atención intentando no perderse ninguno de mis movimientos, lo que hacía que estuviera más nerviosa. Nunca me había considerado una chica guapa, no era como mis amigas, alta, esbelta, con pelo sedoso... Pero la ardiente mirada que me lanzaba Daniel conseguía lo que nadie había logrado. Me hacia sentir deseada.

En cuanto terminé de desvestirme me tendió la mano y yo, un tanto recelosa, la acepté y conmigo de la mano se dirigió al lago. Al llegar al borde se zambulló de nuevo y yo me senté como en la mañana, con los pies dentro del agua.

En seguida lo tuve de nuevo a mi lado pero esta vez yo me encontraba en una posición superior ya que él me observaba desde dentro del agua.

- Esto sería más divertido si te bañaras conmigo - dijo sonriéndome de lado

Yo no estaba muy por la labor ya que no quería mojarme el pelo, pero no me dio opción, una especie de fuerza sobrenatural, en este caso llamada Daniel, me empujó dentro y cuando quise darme cuenta me hallaba dentro del agua.

Como me pilló desprevenida salí escupiendo agua la que casi provoca que me ahogue. Me giré a mirarlo con toda la furia que me permitían mis ojos y pronto lo ví agarrado al borde doblado de la risa. Intenté imitar ese truco suyo del sigilo y acercarme por la espalda con el fin de ahogarlo.

Así que me concentré en mi objetivo y me situé tras el sin que se percatara de mi presencia y con mis dos manos sobre sus hombros me impulsé hacía arriba con el fin de hundirlo y vengarme. Pero en un segundo todo se volvió en mi contra giró bruscamente y quedé aprisionada entre sus brazos.

Su rostro estaba a escasos centrímetros del mío y su sonrisa había desaparecido casi igual que sus labios que se habían convertido en una línea fina y sus pupilas estaban tan dilatadas que sus ojos parecían negros.

No me apetecía nada romper ese intenso momento pero tampoco quería continuar con el rumbo que estaban tomando las cosas, el era mi profesor y yo una simple alumna, aunque por la situación en la que estábamos nadie lo hubiera dicho.

Me separé de el y fui nadando hacia el otro lado del lago, creyendo que así alejaría los pensamientos subidos de todo con mi profesor. En cuanto comencé a nadar reparé en que era mucho más rápida que antes y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el otro lado. Pero lo era tan rápida como Daniel que ya estaba sentado en el borde esperándome.

Cuando me vio me tendió una mano con el fin de auparme y que me sentara a su lado y así lo hice. Aunque no estaba preparaba para la reacción de mi cuerpo. Éste en seguida se tensó y me aparecieron unas agujetas prematuras, lo que de normal me ocurría en 2 días me había sucedido en cuestión de segundos.

Me tumbé en el duro suelo con los pies aún en el agua. Cerré los ojos intentando que mi respiración se normalizara y que mis extremidades volvieran a responderme lo que ocurrió en 1 minuto. Conseguí sentarme a pesar de que mis músculos todavía protestaban.

Giré la cabeza y lo vi observándome con una gran sonrisa en su boca y lo que hacía que me hirviera la sangre. Al parecer a este tío todo lo referido a mi le hacía gracia y en mi provocaba el efecto contrario conseguía cabrearme y mucho.

- No deberías forzar tanto tu cuerpo - dijo mirándome de arriba abajo - mañana no solo comienzan las clases, también los entrenamientos. Ahora has podido comprobar que los poderes no valen por si solos necesitáis entrenamiento para complementar vuestras habilidades.

- Tienes razón pero podrías haberme avisado un poquito antes ¿no? - repliqué molesta, este tío le gustaba verme sufrir.

- Claro que habría podido, pero me habría perdido la increíble imagen de ti tumbada y con la respiración entrecortada- dijo con una voz grave y cargada de deseo

Este hombre era algo de otro mundo con unas simples palabras había conseguido ponerme la carne de gallina y anhelar lo que su voz profunda prometía. Como antes intenté desviar la conversación hacia algo más mundano y que no tuviera implícito ese tono erótico característico de mis escasas conversaciones con Daniel.

- Y ,¿porqué decías que lo llamaban el Claro mágico? - pregunté recordando el nombre de aquel lugar

Parpadeó sorprendido por el repentino cambio de conversación y siguiéndome el juego obvió el hecho de que no era la primera vez que lo hacía y con la voz más serena me respondió.

- Bueno en realidad no es algo probado pero cuenta la leyenda que dos guardianes, compañeros, se enamoraron, lo que por aquel entonces no iba contra las normas pero no estaba bien visto. Así que para no demostrarlo públicamente y ganarse la antipatía de los otros se reunían cada noche en este claro.- hizo una pausa quedándose un tanto pensativo y pronto prosiguió - Una noche alguien de la academia siguió a la pareja y estos le hicieron jurar que jamás diría nada a nadie y casi cumplió su palabra. Ese mismo Guardián fue atacado por un Darker y convertido en uno.

En ese punto de la historia yo estaba tan absorta por sus palabras y la preciosa leyenda como perpleja al descubrir que los guardianes podían convertirse en nuestros peores enemigos. Mentalmente fui anotando todas y cada una de las preguntas que se formaban en mi mente para hacérselas al término de ésta.

- Una vez que ese Guardián se volvió del lado enemigo reveló uno de los pocos puntos débiles del complejo de White Dove - y con un gesto de la cabeza señaló la fila de árboles que se encontraba detrás de nosotros- en esta parte del lago tras la fila de árboles, la protección de esta institución se vuelve prácticamente nula así que un grupo de Darkers se preparó para atacar a la joven pareja. Estos se defendieron como pudieron pero se vieron muy superados en número así que para evitar el horrible final que le esperó a su compañero que los había traicionado, aunque involuntariamente, se arrancaron el corazón mutuamente y con su último suspiro los lanzaron a lo más profundo del lago.

Volvió a detenerse y quedarse pensativo, mientras, yo asimilaba toda la historia que me estaba contando, era trágica pero lo más tétrico era el tono de dolor en la voz de Daniel al narrarla.

- Desde entonces todas las noches el claro se ve invadido de luciérnagas que lo iluminan y le dan un toque etéreo y en el fondo del lago crece una extraña flor de grandes pétalos y color azul que se la llamó Amandi, que significa amor en latín.

- Es una historia preciosa aunque con un final muy trágico, creía que al final los amantes conseguirían estar juntos- dije melancólica

Su respuesta fue un susurro pero creo que dijo "yo también" aunque no estaba al 100% segura. Me quedé meditando sobre la leyenda y preguntándome y en realidad todo era cierto o como muchas otras veces era tan solo una leyenda urbana.

- ¿Y que es lo que les hacen los Darkers a los guardianes? - pregunté algo confusa, ya que tenía que ser muy malo para que los amantes decidieran suicidarse.

- Cuando un Darker consigue capturar a un Guardián les arrancan el corazón del pecho, lo que los deja en un estado de semi inconsciencia, y con el corazón en la mano comienzan a torturar el corazón provocando un dolor indescriptible en el Guardián hasta que finalmente lo devoran y así alargan su vida todo lo que ya ha vivido el Guardián y lo transforman en Darker, aunque a veces olvidan la tortura y directamente lo convierten.

Terminada la historia y mi curiosidad recordé que las clases empezaban a las 8 y que eso sería en pocas horas  así que se lo recordé a Daniel. Éste me cargó en su espalda, enlacé las piernas al rededor de su cintura y coloqué mis manos en sus hombros. Volvió al agua y en un abrir y cerrar de ojos comenzó a nadar a la otra orilla.

Al llegar me vestí rápidamente y juntos volvimos a la residencia donde me dejó justo delante de mi puerta. Mientras introducía lo más silenciosamente posible la llave en la cerradura volví mi cabeza en el momento en el que se cerraban las puertas del ascensor y Daniel me guiñaba un ojo.

La noche no había sido lo que esperaba, había descubierto una nueva faceta de Daniel una muy sensible y que me gustaba casi tanto como la provocadora. Esperaba poder acceder a ella mucho más a menudo.

jueves, 30 de abril de 2015

Capitulo 15: En busca de la verdad

Cuando eran las 10 de la noche seguía sin tener claro si presentarme o no. Durante todo el día no había hecho otra cosa que darle vueltas a lo mismo, a pesar de que había intentado mantener la mente distraída. Estuve viendo pelis con Alex en el salón, seguí escribiendo mi libro si estoy escribiendo un libro, hay que perseguir nuestros sueños, terminé de ordenar todos los objetos que traía conmigo.

Me tumbé en la cama y contemplando el techo comencé a morderme las uñas, como venía haciendo desde que era pequeña para calmar los nervios. Reflexioné sobre los pros y contras de ir a la cita y cuando llevaba un rato pensando me di cuenta que lo negativo pesaba más que lo positivo, pero a pesar de ello tenía que ir, necesitaba saber por que Daniel parecía tener un interés especial en mi.

Descansé hasta las 11:40, hora a la que comencé a vestirme. No estaba segura de que era lo que me esperaba así que decidí ponerme el bikini más sencillo que tenía, azul con lunares negros, debajo de un vestido negro fino.

Pegué la oreja a la puerta para cerciorarme de que Alejandro estaba dormido y no sabía nada de mi reunión secreta. No se oía ni una mosca. Así que decidí salir y cogiendo las llaves haciendo el menor ruido posible me encaminé hacia el claro.

Los pasillos estaban tranquilos, el silencio solo era interrumpido por el sonido de mis pasos y mi respiración, por lo que pensé que todas las habitaciones estaban insonorizadas.

Me situé junto al ascensor que estaba subiendo y mi sorpresa fue enorme cuando las puertas se abrieron mostrándome un amigable rostro de ojos marrones enmarcado por un pelo rubio hasta los hombros. Me quedé helada ante la presencia de Peter.

- Hola, tu debes de ser la amiga de Miquel - comentó ofreciéndome su mano

- Bueno, supongo, no creo que piense que somos amigos, apenas hemos hablado - dije al estrecharla

- Tonterías, él es ese tipo de persona que si no le caes bien desde el principio estás perdido y al parecer tu le causaste buena impresión, así que debes sentirte halagada no hace amigos con facilidad- dijo a modo de burla

De buenas a primeras se quedó muy callado, como si Miquel estuviera delante y le reprendiera por sus palabras. En seguida volvió a poner esa sonrisa típica suya

- Perdona, aún nos tenemos que acostumbrar a todos los poderes y al parecer me ha oído - se disculpó mientras me guiñaba un ojo - bueno ha sido un placer conocerte, los amigos de mi compañero son mis amigos, espero que nos veamos pronto

- Lo mismo digo

Me abalancé deprisa hacia el ascensor sabiendo que solo tenía 15 minutos para llegar al claro y sin saber exactamente donde se encontraba. Tenía que reconocer que Peter y Miquel eran el día y la noche, aunque los dos habían sido amables conmigo se notaba que Peter era mucho más sociable y disfrutaba más de la gente.

Una vez estuve en el linde del bosque, intenté recordar por donde había ido, pero me fue prácticamente imposible, todo gracias al estupendo sentido de la orientación que había heredado de mi padre, muchas gracias papá, así que intenté dejarme llevar.

Estaba completamente oscuro, la luna no se divisaba a través de los árboles, pero a pesar de todo veía perfectamente. Debía de ser uno de los poderes adquiridos ya que veía tan claro como si fuera de día.


Podía oír todo tipo de ruidos, desde el viento meciendo suavemente las hojas de los árboles, hasta el ruido del agua a lo lejos. Cosa que me fue muy útil a la hora de guiarme. Intenté seguir el ruido del agua tanto como me permitía mi oído, adentrándome cada vez más en el bosque, y perdiendo toda confianza en que nada malo pasaría.

Finalmente llegué junto al lago y al mirar el reloj comprobé que solo pasaban 5 minutos de la media noche. Ahora que lo pensaba bien, estaría totalmente rendida por la mañana, pero tenía que averiguar algunas cosas y esperaba que mereciera la pena.

Salí un poco de entre los árboles quedando medio cubierta por las sombrar que el bosque proporcionaba. Allí enfrente se encontraba el lago de aguas cristalinas, prácticamente el calma, lo único que rompía con la serenidad de la superficie era un musculoso cuerpo que nadaba de un lado hacia el otro.

Sin previo aviso el hombre se sumergió en las profundidades del lago y yo me quedé embelesada viendo como buceaba. 10 minutos después emergió y supuse que era otra cualidad de tener poderes sobrenaturales.

El ser comenzó a nadar hacia mi y que quedé absorta en la idílica escena que se presentaba ante mi. La Luna se reflejaba en su torso desnudo marcando con gran destreza los abdominales. Parecía un cuadro perfecto de un ángel. Las gotas de agua hacían que su piel brillara y le diera un aspecto casi etéreo, como si solo fuera una aparición. El pelo húmedo le caía por la frente y sus ojos antes azules tenían un intenso brillo de diversión.

Pero lo que más me llamó la atención fue que al salir pude comprobar que estaba completamente desnudo. Y sin ningún tipo de pudor se acercó a la toalla que tenía en la orilla y comenzó a secarse el pelo.

- Estaba empezando a impacientarme - dijo de espaldas a mi - creí que no vendrías

Yo estaba muda ante todo lo que había visto, su cuerpo perfecto, sus intensos ojos, mención a parte a sus otros encantos. Todo en su personalidad me gritaba que me alejara, pero su cuerpo y su voz me invitaban a unirme a él y no dejarlo nunca.

Salí de mi inútil escondite entre las sombras revelando el rubor que cubría mis mejillas. En cuanto se giró y vio como miraba al suelo, se enrolló la toalla a la cintura y se aproximó a mi muy lentamente.

Sabiendo que bajo la toalla, no se ocultaba nada, provocó que me ruborizara incluso más si se podía. Solo quería darme la vuelta y ocultarme hasta que todo se hubiera calmado.

En cuanto llegó hasta mi me agarró de la mano y me obligó a girarme quedando frente a esos penetrantes ojos azules.

- Supongo que tendrás muchas preguntas - dijo - estaré encantado de responderte a todas las que pueda


sábado, 25 de abril de 2015

Capitulo 14: El bosque

Intenté moverme en la cama pero había algo que me estaba agarrando de la cintura y me impedía darme la vuelta. Mantuve los ojos cerrados un par de minutos más recreándome la sensación de unos dedos largos sobre mi piel.  Abrí lentamente los ojos y me encontré durmiendo sobre el pecho de Alex y lo que me agarraba era su brazo.

Durante un momento creí que estaba soñando, pero pronto recordé todo lo acontecido la noche anterior. Podía oír como su corazón latía lentamente casi acompasado con el mío y me quedé mirándolo unos segundos, se trataba de un chico que enseguida piensas Dios que guapo que es pero no parecía darse cuenta, lo que demostraba que no era una persona egocéntrica.

En seguida me di cuenta de lo que estaba pasando y me levanté rápidamente provocando que éste se despertara sobresaltado. Comenzó a mirar hacia todos los lados hasta que finalmente se percató de que era yo quien lo había despertado. Su mirada se detuvo durante unos segundos en mis piernas volviendo rápidamente a mis ojos.

- Buenos días - saludó un poco sonrojado

- Hola - dije sin saber que decirle

Durante unos instantes nos quedamos mirándonos a los ojos. Se produjo un gran silencio, como si el resto del mundo hubiese desaparecido y tan solo nos encontráramos nosotros dos. Por instinto di un paso hacia él y fue cuando la realidad se impuso de nuevo y nos dimos cuenta de que íbamos por mal camino, éramos compañeros por dios no podía ser.

- Em es-esto... ¿quieres desayunar? - pregunté tartamudeando

Como de costumbre ante situaciones extrañas me daba por tartamudear. Cerré los ojos y respiré hondo para intentar serenarme y poder hablar con normalidad, y de paso que mi corazón dejara de latir tan rápido. Menos mal que solo habíamos dormido juntos, con nuestras pieles rozándose... Kate recapacita.

- Si, espera no, si que quiero pero yo siempre salgo a correr antes del desayuno

- Ya, vale, bu-bueno te dejo que te cambies - respondí y salí precipitadamente dirigiéndome a mi cuarto

Entré cerrando la puerta tras de mi y me senté en la cama dándole vueltas a todo. Cada vez me costaba más ocultar la atracción que sentía por Alex pero todo estaba en contra mía. En primer lugar no sabía si tenía novia, y en segundo lugar no tenía claro que yo le gustara como algo más que una amiga.

Dejando a un lado todo eso abrí el armario y me puse lo primero que vi, que resultó ser un vestido lila con unas sabrinas negras. Me miré al espejo que había junto al armario y me hice una cola alta para que no se me pegara el pelo por el calor.

La cocina se encontraba en la zona común junto a la habitación de Alex, mientras que la sala de estar estaba justo enfrente, al lado de mi cuarto.

Mientras me servía el desayuno vi salir a Alejandro del cuarto vestido con unos pantalones de deporte y una camiseta de tirantes todo en tonos azules. Me sonrió a modo de despedida y salió de nuestro apartamento.

En cuanto terminé bajé a la sala común donde me encontré con dos chicas charlando muy animadamente. Cuando repararon en mi dejaron de hablar de golpe mientras que parecía que me analizaban con los ojos y tal como se habían callado continuaron hablando como si yo no estuviera. Su actitud denotaba que eran algo estiradas, pero siempre había creído que no hay que juzgar a nadie sin conocerla así que ignoré su comportamiento grosero y continué mi camino.

A parte de los tres edificios, la pista de fútbol y los dos caminos que conectaban todas las zonas, todo aquello se encontraba rodeado de bosque. Decidí o más bien me vi obligada a ir hacia el bosque, tenía como una especie de fuerza que me atraía hacia él.

Comencé a caminar hacia allí con paso tranquilo ya que no tenía prisa alguna. Una vez estuve dentro todo quedó en una especie de semipenumbra ya que los arboles estaban muy juntos y prácticamente no dejaban entrar la luz del Sol.

Tras caminar 15 minutos aproximadamente llegué a un claro donde había un gran lago de aguas cristalinas. Maldije para mis adentros no haberme puesto el bikini, pero sabiendo donde estaba la próxima vez estaría preparada.

Como no podía bañarme me senté en la orilla, me quité los calcetines y metí los pies en el agua. Estaba fresquita ya que eran las 10:30 de la mañana y el Sol todavía no había calentado. Así durante un rato me dejé llevar por el placer de sentir el agua sobre mi piel.

Sin previo aviso oí un extraño ruido a mi espalda por lo que rápidamente me calcé los zapatos e intenté agudizar la vista buscando el lugar de donde venía el ruido. En un principio supuse que sería un animal pero nadie nos había dicho que por aquella zona hubiera, aunque fuera lo más normal.

Emprendí el camino de vuelta a la residencia y cuando me encontraba en el límite del claro volví a oír el ruido. Así que empecé a caminar a paso ligero, aunque no estaba asustada.

Durante el trayecto iba mirando hacia el suelo para sortear las raíces de los árboles y no caerme a la par que intentaba recordar por donde había venido. Levanté un momento la cabeza y delante de mi como si fuera una ilusión lo vi con una sonrisa provocadora en el rostro.

- ¿Nadie te dijo que la curiosidad mató al gato? - preguntó

- Pues si, pero no creí que fuera a haber nada peligroso en el bosque - respondí retrocediendo un par de pasos

- En realidad no hay nada peligroso, solo intentaba asustarte. Aquí estamos protegidos de los enemigos

- ¿Tenemos enemigos? - dije incrédula

- Claro, ¿pensabas que en el mundo solo existe el bien? - respondió con otra pregunta

Odiaba que me hicieran eso me hacía sentir como una ignorante pero, realmente no creí que los guardianes pudieran tener algún enemigo.

- Tu silencio habla por si solo, claro que tenemos enemigos. Todas las fuerzas del bien siempre tienen algo malo para intentar contrarrestarlas - explicó - en nuestro caso son los Darkers, pero no me quiero adelantar os lo explicará Verónica mañana en clase

- Las clases... es cierto - por un momento olvidé el propósito de haber ido allí

- ¿Has encontrado algo interesante? - dijo dando un paso adelante

- No, quiero decir si un lago enorme

- Seguramente has estado en el claro mágico

Con cada palabra se acercaba un poco más a mi, pero hacía rato que había topado con un árbol y no me podía alejar más. Intenté erguirme para no mostrar vulnerabilidad pero con Daniel me era imposible. Tenía un extraño efecto en mi me intimidaba y mucho.

- Estarás un poco confusa con toda la información extra, pero te propongo una cosa, esta noche ven al claro y así verás por que lo llaman mágico - dijo sin dejar de sonreír

A esas alturas el ya se encontraba junto a mi a escasos centímetros de mi cuerpo y yo no podía apartar la mirada de esos intensos ojos azules.

- Nos vemos a las 12, espero que vengas - concluyó y me dio un beso en la mejilla

Por el mismo lugar del que vino se fue, dejándome sola y confusa. ¿Que era lo que había sucedido? Daniel quería verme a solas por la noche. Tenía clara una cosa, no pensaba acudir al encuentro ¿o si?
No estaba mal no teníamos que tener relación con tus compañeros. Aunque técnicamente no era un compañero era mi profesor.

Mientras pensaba en todo eso llegué a la residencia y al entrar en mi cuarto escuché a Alejandro comiendo palomitas y viendo una película. Era extraño tener los sentidos tan desarrollados podía oírlo casi todo y no digamos los demás.

Me encerré en el dormitorio y me recosté en la cama tras mirar el reloj. Solo eran las 11:45 todavía tenía todo el día para decidir si hacer caso de mis instintos e ignorar la cita o a mi curiosidad y acudir.

sábado, 7 de marzo de 2015

capítulo 13: Explorando

Toda la planta baja era una especie de gimnasio llena de aparatos para trabajar cada uno de nuestros músculos. Y en el centro de ésta habitación había un cuadrilátero de boxeo y justo al lado una especie de alfombra un poco acolchada, recordándome a las películas donde la gente entrena judo, taekwondo o algo por el estilo.

Allí observándonos se encontraba Daniel sujetando en el suelo a su contrincante con una sonrisa de autosuficiencia, a lo que éste quiso aprovechar la situación y ganar el combate pero solo sirvió para que Dan aumentara la fuerza del agarre hasta que el otro se rindió.

Tras levantarse se acercó hacia nosotros y yo involuntariamente me situé más cerca de Miquel, gesto que no pasó desapercibido por ninguno de los allí presentes sobretodo por Daniel que su sonrisa se expandió más si se podía. Parecía que verme  así, un poco agazapada, le producía cierto placer lo que provocaba que me intimidara más y no llegaba a entender por que me sentía así en su presencia.

- ¿Qué hacéis aquí?- preguntó yendo hacia el banco situado detrás de nosotros.

Realmente no sabía que contestar estaba hipnotizada viendo como se secaba con la toalla el sudor y como algunos mechones caían sobre su frente reforzando la creencia de que tenía que ser el ser más bello que nunca había contemplado. Sin darme cuenta mis ojos descendieron hacia su abdomen donde la camiseta de tirantes blanca se le pegaba al torso debido al sudor y marcaba sus abdominales perfectamente formados.

- Esto..emm, estábamos dando una vuelta para ver las instalaciones y hemos venido a ver el edificio- dije con la voz temblorosa

- Genial sois los primeros que vienen, al parecer los demás no tienen vuestro sentido de la aventura

- Pero si molestamos nos vamos, no queremos interrumpir

En milésimas de segundo volvió a colocarse frente a nosotros aunque un poco más cerca y como buen anfitrión se ofreció a enseñarnos todo el gimnasio. Yo iba a rechazar su oferta pero Miquel se me adelantó y la aceptó de buen grado, alegando mucho interés ya que el era muy deportista.

 Nos hizo un gesto con la mano indicando que lo siguiéramos y así hicimos. Al fondo junto a los vestuarios había una escalera que llevaba a la siguiente sala de entrenamiento y para mi sorpresa eran 3 pistas de voleyball. La tercera planta constaba de dos grandes pistas de patinaje una sobre hielo y la otra de patines normales. Así sucesivamente nos enseñó cada uno de los niveles de los que constaba el gimnasio, especializándose cada planta en un deporte para trabajar una zona del cuerpo, según nos dijo él.

Al salir nos guió a la parte de atrás del edificio y vimos 1 campo de fútbol muy similar a los que tenían los equipos profesionales. Miquel se quedó embobado ya que al parecer era un gran forofo del fútbol y según dijo le encantaba jugar.

Como ya había anochecido nos dirigimos de nuevo a la residencia, aunque extrañamente veíamos a la perfección, cosas de ser un bicho raro, pensé. Miquel insistió en acompañarme hasta la puerta de mi habitación.

- Bueno ya hemos llegado- dijo sonriendo por primera vez desde que dejamos atrás el campo de fútbol

- Sabes que no tenías que acompañarme ¿no?

- ¿Qué clase de caballero sería si no te hubiera acompañado?, además ahora se cual es tu apartamento

No dejó de sonreír, algo que no hacía mucho, pero era una sonrisa preciosa. Si estando serio era atractivo sonriendo se veía irresistible. No estaba segura de como despedirme por que no tenía la confianza suficiente para darle un beso pero darle la mano era algo bastante impersonal, así que me guié por instinto y le di un par de besos. El no reaccionó como si le resultara incomodo así que supuse que no le disgustó, le di las buenas noches y entré en el dormitorio.

Ya eran las 10 de la noche pero las emociones de hoy habían logrado quitarme el apetito así que opté por darme una ducha y meterme en la cama con el portátil o a leer un rato. Me metí en la ducha y al terminar me enrollé en una de tantas toallas que teníamos, con otra limpié el vapor del espejo y me observé atentamente. Seguía siendo yo, con mi pelo castaño, mis ojos grises (más o menos), mi nariz respingona, los hoyuelos que se formaban en mi cara al reír. ¿Como es que todo en mi parecía igual cuando todo había cambiado?. Me desenredé el pelo y cuando abrí la puerta para ir a mi cuarto me choqué contra Alex, el cual llevaba unos vaqueros y tenía el torso al descubierto.

Ambos nos quedamos un poco cohibidos mirándonos, por que yo, bajo mi toalla, estaba completamente desnuda y las gotas de agua hacían brillar mi piel, mientras que lo contemplada algo incrédula pues a pesar de no tener los músculos definidos se notaba en forma e involuntariamente dejé que mi vista descendiera un poco más hasta el límite de los vaqueros donde sobresalía un poco la tira elástica de la ropa interior.

Como pude fui hasta mi cuarto y enseguida oí como cerrada la puerta del baño y abría el grifo del agua. Me coloqué un conjunto de ropa interior verde y mi blanco de pantalón corto y camiseta de tirantes. Volví a sentarme en el alféizar de la ventana contemplando la Luna como solíamos hacer mi hermana y yo las noches en las que ella tenía una pesadilla y dejé divagar mis pensamientos y sin darme cuenta comencé a oír una voz extraña.

"No me creo que haya visto a Kate prácticamente desnuda"

Enseguida me di cuenta de lo que pasaba, estaba escuchando los pensamientos de Alejandro. Sabía que estaba mal y que era una falta de respeto, pero si estaba pensando en mi tenía derecho a saberlo ¿no? además no tenía claro como dejar de hacerlo.

"Tengo que admitir que no es una chica atractiva, pero estaba realmente adorable toda mojada y temblorosa, parecía un conejito"

Involuntariamente me sonrojé, ¿de verdad creía que era adorable?, yo sabía que no era una chica guapa aunque mi madre dijera lo contrario, por que todas las madres dicen lo mismo, así que no me extrañaba que Alex dijera eso. Pero era agradable ver que podía causar algún impacto en un chico.

Esperé a que saliera y éste a diferencia de mi si salió vestido del baño, bueno a medio vestir por que parecía tener algo en contra de las camisetas. Me acerqué a él y le dije si quería que hiciéramos algo para matar el tiempo. así que lo seguí a su cuarto, donde gracias a Dios se puso una camiseta, y estuvimos durante largo rato jugando a las cartas hasta que el sueño nos venció y nos quedamos dormidos.




sábado, 31 de enero de 2015

Capítulo 12: Conociendo gente

No estaba segura de que hora era, pero por la ventana se veía como el cielo se teñía de naranja dejando una magnífica visión desde el banco del alféizar. Me recosté contra la pared parándome a pensar un momento donde estaba y como serían las cosas a partir de ese momento. Y si bien es cierto que no sabía que era lo que me deparaba el futuro una cosa si tenía clara. Estaba sola. Aunque me sintiera atraída por Alejandro nada me aseguraba que el estaría ahí cuando me hiciera falta.

Como ya todo estaba ordenado decidí salir a dar una vuelta, no sin antes asomarme a su cuarto para ver si quería acompañarme, a lo que me respondió de manera negativa alegando que estaba cansado. Con las mismas cosas cogí mi llave del cuenco de la entrada y me fui a pasear.

No estaba segura de donde me encontraba por lo que lo primero que hice fue recorrer el pasillo donde estábamos. Mi planta acababa en el número 25 y todo se encontraba en completo silencio, como si no hubiese nadie mas allí, el único sonido que interrumpía la extrema paz era ni respiración. Me giré y fui hacia donde se fueron los otros dos chicos y casualmente su puerta estaba abierta. No estaba segura de si entrar y presentarme o irme sola, ya que siempre he sido muy tímida y una persona no muy fácil de tratar.

Antes de poder decirme el chico que se encontraba en la butaca absorto en su tablet levantó la cabeza y reparó en mi. Se trataba del chico de pelo oscuro del ascensor cuyo semblante poco había variado. Como ya me había visto no podía irme sin más, por lo que me acerqué a la puerta con intención de abandonar mi timidez.

- hh..hola me llamo Kate- dije intentando en vano no tartamudear

Durante unos segundos solo se dedicó a estudiarme con la mirada pude sentir como me analizaba de pies a cabeza y sin cambiar un ápice su expresión respondió.

-Yo soy Miquel, por favor no es necesario que te quedes en la puerta pasa

Un tanto recelosa me aventuré a entrar sabiendo que nada podía pasarme estando donde estaba. Entré lentamente y me senté en el sofá de enfrente.

- En realidad mi intención no era venir aquí solo estaba dando una vuelta

- Lo suponía, es un lugar extraño y merece la pena que sea investigado- dijo con un extraño brillo en los ojos y un tono muy melancólico

Por como hablaba se notaba que no estaba seguro de querer estar allí, a decir verdad ninguno de los que estábamos en White Dove habíamos tenido otra opción pero unos se lamentaban más que otros.

- Iba a dar una vuelta ¿te vienes?- pregunté muy insegura

Pareció meditar mi propuesta, pero finalmente aceptó alegando que no tenía nada mejor que hacer y que Peter, su compañero, se estaba duchando y tardaría por lo menos 2 horas.

Se levantó casi de un salto del sillón con una agilidad que nunca había visto, no estaba segura de si era por ser Guardián o ya era así antes. Me adelantó abriéndome la puerta para que saliera primero. Por sus modales se notaba que era un caballero.

Salimos del edificio principal y echamos a andar hacia el edificio lila. Al principio casi ni nos mirábamos, la tensión se podía palpar. De vez en cuando me quedaba mirándolo casi hipnotizada, tenía una belleza un tanto extraña, no era el tipo de chico que ves y en seguida caes a sus pies, era de esos que cuanto más los miras más aprecias la sutileza de sus rasgos. Una de las cosas que más me llamó la atención fueron sus ojos, lo que al principio creí que era azul era una mezcla de verde y marrón claro, el azul tan solo era un pequeño círculo alrededor de la pupila, al igual que el mío violeta.

- Si no es muy personal como fue que acabaste aquí- pregunté curiosa

- No es una pregunta excesivamente personal- contestó esbozando una leve sonrisa- Peter y yo estábamos en un bar celebrando el comienzo oficial de nuestro año sabático, ya que en junio de este año nos graduamos. Sobre las 6 o así, no recuerdo bien la hora por tanto que bebimos, salimos a llamar a un taxi cuando un hombre con una pistola nos intentó atracar. Peter iba mucho peor que yo e intentó hacerse el héroe, forcejeó con el tipo y se disparó la pistola, como yo le había visto decidió se ve que decidió que no podía dejarme ir y también me disparó. Y el resto será parecido al tuyo

Su historia me impactó bastante, yo había acabado allí por mis propios actos, pero Miquel no. Mientras me contaba la historia pude notar como intentaba retener las lagrimas, al igual que me pasó a mi cuando se lo conté, pero no fui tan fuerte y finalmente dejé que varias de ellas resbalaran por mis mejillas dejándome húmedos los labios.

Llegamos hasta la entrada del edificio y al igual que antes, se acercó hasta la puerta para abrírmela. Entramos y vimos que en lo referente a decoración no tenía nada que ver con la residencia. Todo cuanto nos rodeaba, salvo las paredes color beige, estaba hecho de madera.

A nuestra derecha había una escalera que se perdía en la altura y a la izquierda dos pasillos con multitud de puertas. Nos acercamos hasta el pasillo central y en la primera puerta había un cartel que ponía "Economía", así que dedujimos que aquí sería donde impartiríamos las clases.

Igual que habíamos llegado nos fuimos. Poniendo rumbo al edificio color rojo me quedé pensando en las palabras de Raúl, teníamos que escoger una carrera y no era una elección para tomarla a la ligera.

-¿Tu has pensado que vas a hacer?- preguntó Miquel tomando la iniciativa de la conversación

- No estoy muy segura, siempre había querido ser escritora, pero creo que no será posible dado nuestro cometido actual

Por primera vez desde el accidente dije en voz alta lo que de verdad creía. No solo había tenido que renunciar a mi antigua vida sino que tendría que dejar de lado todo por lo que había trabajado a lo largo de los años.

- Yo siempre había pensado que sería profesor, me imaginaba delante de un grupo de adolescentes dándoles clase y convirtiéndome en su profe favorito- dijo con una sonrisa nostálgica

- ¿Cuál era tu asignatura favorita?, la mía literatura

- Geografía, mis amigos siempre bromeaban diciéndome que acabaría dando el tiempo en la cadena local, pero ahora hasta esa opción me parece mejor que lo que se nos viene encima

Guardamos silencio mientras entrábamos en el último edificio y al ver que quien se encontraba allí se había detenido en seco y nos observaba atentamente, sobretodo a mi, solo pensé en que deberíamos habernos quedado en nuestras habitaciones