Una historia de amor donde nada es lo que parece donde hay que renunciar a todo por el bien del ser amado, pero sobre todo por salvar a la humanidad

miércoles, 15 de julio de 2015

Capitulo 16: El Claro mágico

Por un momento me quedé en blanco, mi cerebro no era capaz de enlazar ningún pensamiento coherente y mucho menos articular palabra alguna. Así que respiré hondo he intenté hacer trabajar a mi cerebro pero para entonces ya tenía a Daniel sonriéndome al notar la reacción que había provocado en mi.

Como pude me aparté de él intentando conservar la poca dignidad que me quedaba. Me abaniqué ligeramente la cara que para ese momento ya me ardía y me alisé el vestido como pude intentando no levantar la mirada de la falda para no tener que mirar a Daniel a esos ojos tan intensos que me paralizaban y hacían que perdiera el hilo de cualquier pensamiento coherente.

Éste viendo que no reaccionaba volvió a aproximarse lo que me obligó a levantar la mirada y por segunda vez en esa noche lo único que me venía a la cabeza era ese hombre que hacía que se me cortara la respiración.

- ¿Vamos a darnos un baño?- preguntó rompiendo el intenso silencio que nos rodeaba

- Esto... s-si claro por supuesto- dije saliendo de los zapatos y retirando el vestido por la cabeza

Daniel me observaba con mucha atención intentando no perderse ninguno de mis movimientos, lo que hacía que estuviera más nerviosa. Nunca me había considerado una chica guapa, no era como mis amigas, alta, esbelta, con pelo sedoso... Pero la ardiente mirada que me lanzaba Daniel conseguía lo que nadie había logrado. Me hacia sentir deseada.

En cuanto terminé de desvestirme me tendió la mano y yo, un tanto recelosa, la acepté y conmigo de la mano se dirigió al lago. Al llegar al borde se zambulló de nuevo y yo me senté como en la mañana, con los pies dentro del agua.

En seguida lo tuve de nuevo a mi lado pero esta vez yo me encontraba en una posición superior ya que él me observaba desde dentro del agua.

- Esto sería más divertido si te bañaras conmigo - dijo sonriéndome de lado

Yo no estaba muy por la labor ya que no quería mojarme el pelo, pero no me dio opción, una especie de fuerza sobrenatural, en este caso llamada Daniel, me empujó dentro y cuando quise darme cuenta me hallaba dentro del agua.

Como me pilló desprevenida salí escupiendo agua la que casi provoca que me ahogue. Me giré a mirarlo con toda la furia que me permitían mis ojos y pronto lo ví agarrado al borde doblado de la risa. Intenté imitar ese truco suyo del sigilo y acercarme por la espalda con el fin de ahogarlo.

Así que me concentré en mi objetivo y me situé tras el sin que se percatara de mi presencia y con mis dos manos sobre sus hombros me impulsé hacía arriba con el fin de hundirlo y vengarme. Pero en un segundo todo se volvió en mi contra giró bruscamente y quedé aprisionada entre sus brazos.

Su rostro estaba a escasos centrímetros del mío y su sonrisa había desaparecido casi igual que sus labios que se habían convertido en una línea fina y sus pupilas estaban tan dilatadas que sus ojos parecían negros.

No me apetecía nada romper ese intenso momento pero tampoco quería continuar con el rumbo que estaban tomando las cosas, el era mi profesor y yo una simple alumna, aunque por la situación en la que estábamos nadie lo hubiera dicho.

Me separé de el y fui nadando hacia el otro lado del lago, creyendo que así alejaría los pensamientos subidos de todo con mi profesor. En cuanto comencé a nadar reparé en que era mucho más rápida que antes y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el otro lado. Pero lo era tan rápida como Daniel que ya estaba sentado en el borde esperándome.

Cuando me vio me tendió una mano con el fin de auparme y que me sentara a su lado y así lo hice. Aunque no estaba preparaba para la reacción de mi cuerpo. Éste en seguida se tensó y me aparecieron unas agujetas prematuras, lo que de normal me ocurría en 2 días me había sucedido en cuestión de segundos.

Me tumbé en el duro suelo con los pies aún en el agua. Cerré los ojos intentando que mi respiración se normalizara y que mis extremidades volvieran a responderme lo que ocurrió en 1 minuto. Conseguí sentarme a pesar de que mis músculos todavía protestaban.

Giré la cabeza y lo vi observándome con una gran sonrisa en su boca y lo que hacía que me hirviera la sangre. Al parecer a este tío todo lo referido a mi le hacía gracia y en mi provocaba el efecto contrario conseguía cabrearme y mucho.

- No deberías forzar tanto tu cuerpo - dijo mirándome de arriba abajo - mañana no solo comienzan las clases, también los entrenamientos. Ahora has podido comprobar que los poderes no valen por si solos necesitáis entrenamiento para complementar vuestras habilidades.

- Tienes razón pero podrías haberme avisado un poquito antes ¿no? - repliqué molesta, este tío le gustaba verme sufrir.

- Claro que habría podido, pero me habría perdido la increíble imagen de ti tumbada y con la respiración entrecortada- dijo con una voz grave y cargada de deseo

Este hombre era algo de otro mundo con unas simples palabras había conseguido ponerme la carne de gallina y anhelar lo que su voz profunda prometía. Como antes intenté desviar la conversación hacia algo más mundano y que no tuviera implícito ese tono erótico característico de mis escasas conversaciones con Daniel.

- Y ,¿porqué decías que lo llamaban el Claro mágico? - pregunté recordando el nombre de aquel lugar

Parpadeó sorprendido por el repentino cambio de conversación y siguiéndome el juego obvió el hecho de que no era la primera vez que lo hacía y con la voz más serena me respondió.

- Bueno en realidad no es algo probado pero cuenta la leyenda que dos guardianes, compañeros, se enamoraron, lo que por aquel entonces no iba contra las normas pero no estaba bien visto. Así que para no demostrarlo públicamente y ganarse la antipatía de los otros se reunían cada noche en este claro.- hizo una pausa quedándose un tanto pensativo y pronto prosiguió - Una noche alguien de la academia siguió a la pareja y estos le hicieron jurar que jamás diría nada a nadie y casi cumplió su palabra. Ese mismo Guardián fue atacado por un Darker y convertido en uno.

En ese punto de la historia yo estaba tan absorta por sus palabras y la preciosa leyenda como perpleja al descubrir que los guardianes podían convertirse en nuestros peores enemigos. Mentalmente fui anotando todas y cada una de las preguntas que se formaban en mi mente para hacérselas al término de ésta.

- Una vez que ese Guardián se volvió del lado enemigo reveló uno de los pocos puntos débiles del complejo de White Dove - y con un gesto de la cabeza señaló la fila de árboles que se encontraba detrás de nosotros- en esta parte del lago tras la fila de árboles, la protección de esta institución se vuelve prácticamente nula así que un grupo de Darkers se preparó para atacar a la joven pareja. Estos se defendieron como pudieron pero se vieron muy superados en número así que para evitar el horrible final que le esperó a su compañero que los había traicionado, aunque involuntariamente, se arrancaron el corazón mutuamente y con su último suspiro los lanzaron a lo más profundo del lago.

Volvió a detenerse y quedarse pensativo, mientras, yo asimilaba toda la historia que me estaba contando, era trágica pero lo más tétrico era el tono de dolor en la voz de Daniel al narrarla.

- Desde entonces todas las noches el claro se ve invadido de luciérnagas que lo iluminan y le dan un toque etéreo y en el fondo del lago crece una extraña flor de grandes pétalos y color azul que se la llamó Amandi, que significa amor en latín.

- Es una historia preciosa aunque con un final muy trágico, creía que al final los amantes conseguirían estar juntos- dije melancólica

Su respuesta fue un susurro pero creo que dijo "yo también" aunque no estaba al 100% segura. Me quedé meditando sobre la leyenda y preguntándome y en realidad todo era cierto o como muchas otras veces era tan solo una leyenda urbana.

- ¿Y que es lo que les hacen los Darkers a los guardianes? - pregunté algo confusa, ya que tenía que ser muy malo para que los amantes decidieran suicidarse.

- Cuando un Darker consigue capturar a un Guardián les arrancan el corazón del pecho, lo que los deja en un estado de semi inconsciencia, y con el corazón en la mano comienzan a torturar el corazón provocando un dolor indescriptible en el Guardián hasta que finalmente lo devoran y así alargan su vida todo lo que ya ha vivido el Guardián y lo transforman en Darker, aunque a veces olvidan la tortura y directamente lo convierten.

Terminada la historia y mi curiosidad recordé que las clases empezaban a las 8 y que eso sería en pocas horas  así que se lo recordé a Daniel. Éste me cargó en su espalda, enlacé las piernas al rededor de su cintura y coloqué mis manos en sus hombros. Volvió al agua y en un abrir y cerrar de ojos comenzó a nadar a la otra orilla.

Al llegar me vestí rápidamente y juntos volvimos a la residencia donde me dejó justo delante de mi puerta. Mientras introducía lo más silenciosamente posible la llave en la cerradura volví mi cabeza en el momento en el que se cerraban las puertas del ascensor y Daniel me guiñaba un ojo.

La noche no había sido lo que esperaba, había descubierto una nueva faceta de Daniel una muy sensible y que me gustaba casi tanto como la provocadora. Esperaba poder acceder a ella mucho más a menudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario