Abrí muy despacio la puerta a expensas de lo que podría haber al otro lado, pero lo que vi no era nada del otro mundo incluso lo agradecí aunque por otro lado era muy raro.
La habitación era igual que la mía, peor en vez de lila todo era con tonos amarillos, acto seguido mi vista se fijó en un chico que se encontraba junto a la puerta de la misma manera que yo había estado pocos minutos atrás.
Me hizo mucha gracia así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, gastarle una broma.
- Eh tú ¿se puede saber que estas haciendo?- dije sobresaltándolo
Este se giró muy rápido, tanto que dio un pequeño traspiés y casi se cae hacia atrás. Al hacerlo comprobé que parecía mas o menos de mi edad aunque no podía estar del todo segura tenía el pelo castaño un poco mas arriba del hombro y unos preciosos ojos verdes que parecían atravesarte. Al incorporarse también vi que era bastante alto, bueno al menos en comparación conmigo.
No sabía por que pero de repente me había puesto muy nerviosa, algo que era muy raro en mi ya que casi nada solía hacerlo, pero ya que había sido yo la primera en hablar tendría que continuar. Algo me pedía que saliera de allí a toda prisa pero decidí ignorar esa pequeña parte de mi y me quedé donde estaba a la espera lo que el contestara.
- Y-yo.. lo siento, no quería....- dijo tartamudeando, al parecer no era yo la única que estaba nerviosa.
No tenía ni idea del por que pero aquellos penetrantes ojos me tenían petrificada, creía que como siguiera mirándome tan profundamente me caería de un momento a otro. Nunca había sentido algo tan fuerte con solo una mirada, hasta había conseguido que me erizara, parecía fría pero muy cercana pero que digo ya deliro.
Me serené tanto como pude para que no notara todas las locuras que pasaban por mi cabeza en aquel instante.
- Tranquilo solo estaba bromeando- dije al tiempo que contemplaba como se relajaba su rostro- por cierto soy Kate ¿y tu?
- Yo me llamo Alejandro, encantado- dijo mientras me tendía la mano, yo la acepté y en cuanto nuestros dedos se tocaron sentí esa corriente que había notado hacía tan solo un momento- por cierto ¿sabes donde estamos?
- La verdad es que no, he llagado hace.... bueno en realidad no se hace cuanto, yo también estaba en una sala igual que la tuya pero con colores diferentes y fotos mías- dije sonriendo a la vez que señalaba una foto de la pared.
En esta había un pequeño bebé dentro de una bañera junto a un hombre que intentaba bañarlo, por los dos parecidos deduje que debían de ser el y su padre. Alex se dio cuenta de la foto que había captado mi atención y acto seguido se puso delante para taparla mientras se ponía colorado.
-¿Y tu como has..?
Este se pudo a meditar mi pregunta, mientras que se revolvía el pelo con la mano, y justo en ese momento me pareció una de las cosas mas tiernas del mundo¿pero en que demonios piensas Kate?,pude notar como mis mejillas enrojecían debido al rumbo que estaban tomando mis pensamientos.
-Lo que pasó es que iba por la carretera hablando por teléfono con unos amigos que me daban la lata para que no tardara mucho en llegar a Dioniso,o dios mio, cuando una loca en moto que iba a toda velocidad se estrelló contra mi coche.
Dios santo fue con el con quien me estrellé, me sentía super mal, pero ya me lo había figurado cuando había dicho hacia donde se dirigía, aunque por otro lado sino hubiese ido hablando por teléfono no habría pasado nada, así que no le iba a dar la satisfacción de que me echara toda la culpa
- Creo que no me he presentado bien, hola soy la Loca ¿y tu?
-¿Tu eras la loca de la moto?
- ¡Que dejes de llamarme loca!
Su gesto se endureció bastante lo que me gustó todavía más, por que le daba un toque a chico malo que..., Kate estas cabreaba con el céntrate
- Por tu culpa estamos aquí- dijo chillando
- Perdona pero tu tampoco estas libre de culpa- dije con indignación
- Pero la mayor responsable eres tu
- ¿Yo?, a lo mejor si no hubieras ido con el estúpido móvil...
-¿Me echas la culpa?
Poco a poco fuimos aumentando el volumen hasta que aquel lugar estuvo lleno del ruido proveniente de nuestros gritos, no recordaba haber estado tan cabreada en toda mi vida y a el parecía que en cualquier momento empezarían a echarle fuego los ojos
De repente la puerta por la que iba a salir Alejandro se abrió de par en par dando paso a un hombre guapísimo, ambos dejamos de discutir en el acto y nos quedamos mirándolo mientras este con paso lento pero decidido entraba en la habitación.
Nunca había visto a un ser tan bello tenía el cabello cobrizo con muchos reflejos rubios y unos ojos azules tan claros que parecían casi blancos, y la piel era tan pálida que por un momento creí que era de porcelana
- Eh tú ¿se puede saber que estas haciendo?- dije sobresaltándolo
Este se giró muy rápido, tanto que dio un pequeño traspiés y casi se cae hacia atrás. Al hacerlo comprobé que parecía mas o menos de mi edad aunque no podía estar del todo segura tenía el pelo castaño un poco mas arriba del hombro y unos preciosos ojos verdes que parecían atravesarte. Al incorporarse también vi que era bastante alto, bueno al menos en comparación conmigo.
No sabía por que pero de repente me había puesto muy nerviosa, algo que era muy raro en mi ya que casi nada solía hacerlo, pero ya que había sido yo la primera en hablar tendría que continuar. Algo me pedía que saliera de allí a toda prisa pero decidí ignorar esa pequeña parte de mi y me quedé donde estaba a la espera lo que el contestara.
- Y-yo.. lo siento, no quería....- dijo tartamudeando, al parecer no era yo la única que estaba nerviosa.
No tenía ni idea del por que pero aquellos penetrantes ojos me tenían petrificada, creía que como siguiera mirándome tan profundamente me caería de un momento a otro. Nunca había sentido algo tan fuerte con solo una mirada, hasta había conseguido que me erizara, parecía fría pero muy cercana pero que digo ya deliro.
Me serené tanto como pude para que no notara todas las locuras que pasaban por mi cabeza en aquel instante.
- Tranquilo solo estaba bromeando- dije al tiempo que contemplaba como se relajaba su rostro- por cierto soy Kate ¿y tu?
- Yo me llamo Alejandro, encantado- dijo mientras me tendía la mano, yo la acepté y en cuanto nuestros dedos se tocaron sentí esa corriente que había notado hacía tan solo un momento- por cierto ¿sabes donde estamos?
- La verdad es que no, he llagado hace.... bueno en realidad no se hace cuanto, yo también estaba en una sala igual que la tuya pero con colores diferentes y fotos mías- dije sonriendo a la vez que señalaba una foto de la pared.
En esta había un pequeño bebé dentro de una bañera junto a un hombre que intentaba bañarlo, por los dos parecidos deduje que debían de ser el y su padre. Alex se dio cuenta de la foto que había captado mi atención y acto seguido se puso delante para taparla mientras se ponía colorado.
-¿Y tu como has..?
Este se pudo a meditar mi pregunta, mientras que se revolvía el pelo con la mano, y justo en ese momento me pareció una de las cosas mas tiernas del mundo¿pero en que demonios piensas Kate?,pude notar como mis mejillas enrojecían debido al rumbo que estaban tomando mis pensamientos.
-Lo que pasó es que iba por la carretera hablando por teléfono con unos amigos que me daban la lata para que no tardara mucho en llegar a Dioniso,o dios mio, cuando una loca en moto que iba a toda velocidad se estrelló contra mi coche.
Dios santo fue con el con quien me estrellé, me sentía super mal, pero ya me lo había figurado cuando había dicho hacia donde se dirigía, aunque por otro lado sino hubiese ido hablando por teléfono no habría pasado nada, así que no le iba a dar la satisfacción de que me echara toda la culpa
- Creo que no me he presentado bien, hola soy la Loca ¿y tu?
-¿Tu eras la loca de la moto?
- ¡Que dejes de llamarme loca!
Su gesto se endureció bastante lo que me gustó todavía más, por que le daba un toque a chico malo que..., Kate estas cabreaba con el céntrate
- Por tu culpa estamos aquí- dijo chillando
- Perdona pero tu tampoco estas libre de culpa- dije con indignación
- Pero la mayor responsable eres tu
- ¿Yo?, a lo mejor si no hubieras ido con el estúpido móvil...
-¿Me echas la culpa?
Poco a poco fuimos aumentando el volumen hasta que aquel lugar estuvo lleno del ruido proveniente de nuestros gritos, no recordaba haber estado tan cabreada en toda mi vida y a el parecía que en cualquier momento empezarían a echarle fuego los ojos
De repente la puerta por la que iba a salir Alejandro se abrió de par en par dando paso a un hombre guapísimo, ambos dejamos de discutir en el acto y nos quedamos mirándolo mientras este con paso lento pero decidido entraba en la habitación.
Nunca había visto a un ser tan bello tenía el cabello cobrizo con muchos reflejos rubios y unos ojos azules tan claros que parecían casi blancos, y la piel era tan pálida que por un momento creí que era de porcelana
No hay comentarios:
Publicar un comentario