Una historia de amor donde nada es lo que parece donde hay que renunciar a todo por el bien del ser amado, pero sobre todo por salvar a la humanidad

jueves, 13 de noviembre de 2014

Capitulo 11: Llegada y presentaciones

Efectivamente no me equivocaba, las puertas de lo que parecía ser el edificio central se abrieron de par en par y por ellas salieron tres figuras vestidas completamente de blanco. En el centro pude distinguir a Daniel ya que ese hermoso rostro no había lugar donde poder ocultarlo,

Cuanto nos quisimos dar cuenta se encontraban junto a nosotros y pudimos ver que a la derecha de Daniel se encontraba una mujer bellísima con el cabello rubio platino con unos ojos verdes con destellos color rubí que quitaban el hipo y al igual que Daniel tenía la piel pálida aunque no tanto como este. En su rostro se veía reflejada una sonrisa que contrastaba con el semblante serio del hombre que se hallaba más a la izquierda, este no sonreía pero su expresión era serena y transmitía una gran sensación de tranquilidad. Era el más alto de los tres y tenía el pelo tan negro como el carbón y los ojos eran de un color ámbar pues si bien eran marrones se apreciaba claramente un halo de color amarillo en torno a la pupila.

Yo no sabía si Daniel había sido el que se había aparecido a todos nosotros aunque por las expresiones de las chicas supuse que no ya que parecían anonadadas. Enseguida éste reparó en mi y me dedicó una preciosa sonrisa que me hizo sonrojarme sin saber por que. La mujer dio un paso hacia delante provocando que los hombres con los que iba retrocedieran un poco y se apartaran para darle más espacio.

- Bienvenidos a la academia White Dove, creo que todos sabéis por que estáis aquí, esto ha sido elección vuestra y son vuestros actos los que os han traído ante nosotros- comentó sin dejar nunca de sonreírnos- me llamo Verónica y seré vuestra instructora el tiempo que estaréis aquí, yo me encargo de ayudaros a desarrollar vuestras habilidades.

Acto seguido guardó silencio, se retiró un poco y le echó un vistazo a sus dos compañeros incidiendo en Daniel así que éste dándose por aludido se colocó donde minutos antes había estado Verónica.

- Yo me llamo Daniel y seré vuestro entrenador, ya que ser Guardián requiere mucha destreza tanto física como mental y me encargaré de que podáis enfrentaros a.... todo lo que os echen encima.

La pausa que hizo no me gustó demasiado, sabíamos que tendríamos que enfrentarnos a muchas cosas pero de ahí a saber que necesitaríamos entrenamiento físico la cosa variaba mucho. Esas cosas son las que deberían venir en un folleto antes de decidir.

Verónica volvió a hablar dirigiéndose a nosotros

- No todo lo de la carta era mentira, si es cierto que estudiareis, además de vuestros deberes de Guardianes también debéis escoger carrera pues creemos que hay que estar preparados en todos los aspectos que podáis. Para ello contamos con un gran profesorado cuyo director se encuentra aquí- dijo haciendo un ademán para que se acercara el hombre que quedaba por hablar.

- Yo me llamo Raúl, y soy el director de la institución. La parte sobrehumana corre a cargo de Daniel y Verónica pero la parte intelectual viene de mi- comentó muy brevemente- los demás profesores y yo os impartiremos las diversas asignaturas de las carreras que elijáis, la etapa del instituto nos la saltaremos porque así no retrasamos a nadie además de creer que ya tenéis los fundamentos básicos.

Todos nos miramos entre nosotros, ¿de verdad tendríamos que estudiar?, era una de las pocas cosas buenas que creía que tendría mi elección pero por lo visto no iba a ser así. Dejó de hablar con la misma rapidez con la que había empezado y de nuevo Verónica cogió el relevo.

- Creemos que sois lo suficientemente maduros para poder convivir en la misma habitación que vuestro compañero sin importar su sexo, ya que  las relaciones entre parejas Guardianes quedan prohibidas pues podrían afectar en vuestra labor.

Nunca había pensado en mantener una relación con Alex, eso es mentira ¿por que te engañas? calla cabeza, pero ahora que sabía que estaba prohibido tenía que ponerle más empeño por cumplir con las normas establecidas

- Así que sin más demora, seguidme hasta vuestros dormitorios.

Raúl emprendió la marcha tras Verónica y a la cabeza se encontraba Daniel, todos los imitamos y los seguimos hasta la entrada del edificio verde. Al entrar nos encontramos dentro de un precioso vestíbulo de colores blanco y negro. Al fondo había una pared blanca llena de buzones de color grisáceo. A la derecha se abría la pared dando a una enorme sala con multitud de sofás negros de tres plazas  y varias televisiones de pantalla plana. Justo enfrente de dicha sala había un ascensor para unas 6 personas y junto a éste una escalera que supuse daba a las habitaciones.

- Vamos a hacer dos grupos para subir en el primero estaremos Vero y yo- dijo Raúl

- Y yo estaré en el segundo- comentó Daniel mirándome de reojo

Por instinto me arrimé un poco a Alex aunque este se puso muy nervioso por que podía notarlo por todo el cuerpo, pero decidí ignorarlo. No entendía por que pero Daniel me intimidaba mucho no sabía si era por que era mayor que yo, por su increíble belleza o por que sería mi entrenador.

Esperamos a que nos llegara el turno y cuando el ascensor volvió vacío entramos en el Alex, una pareja de chicos, Daniel y yo. Me situé al fondo, todo lo pegada a la pared posible pues no quería ponerme más nerviosa de lo que estaba, ya que cada segundo me arrepentía más de haberme convertido en lo que era.

Paramos en la planta 20 y Daniel bajó del ascensor invitándonos a hacer lo mismo con un gesto de su mano.

- Vuestro piso es la tercera puerta a la derecha- les dijo a los chicos

Fijándome fríamente pude apreciar que eran bastante monos. Uno de ellos era un poco más alto que yo con el pelo rubio oscuro, los ojos color marrón y nariz respingona. Su compañero era lo opuesto a éste, tenía los ojos azules y el pelo castaño oscuro casi negro, pero lo que más llamaba la atención de él era la cara de enfado permanente que tenía desde que el autobús se detuvo.

Los chicos se marcharon arrastrando las maletas hasta la habitación que les había indicado Daniel y enseguida se fijó observándonos como si esperase que pasara algo fuera de lo común.

"No te parece algo extraño su comportamiento" - dijo Alejandro en mis pensamientos

"Un poco pero estará esperando que nos peleemos como posesos"

Vi como Alex esbozaba una tenue sonrisa aunque enseguida volvió a ponerse un poco serio ya que la presencia de Daniel lo incomodaba y no era el único que se sentía algo raro.

- Bien seguidme que os enseño vuestro piso

Echó a andar por el pasillo contrario que les había indicado a los otros dos. Todo estaba completamente en silencio salvo por el sonido de nuestros pasos casi acompasados acompañados por el ruido de las maletas.

Se paró ante una puerta que ponía número 13, volteó a mirarnos y me tendió una llave a mi y otra a Alex. Volteó hacia la puerta y con un simple movimiento de mano la abrió dejando ver delante de él un precioso apartamento que combinaba los colores violeta y amarillo, al igual que las habitaciones donde habíamos despertado tras el accidente.

- Bien, aquí tenéis todo lo que podáis necesitar. Un baño, cocina, dos habitaciones y un armario para los productos de limpieza. Nosotros nos encargamos de procuraros una enseñanza y un buen adiestramiento pero la vida diaria es cosa vuestra. Dos veces a la semana el autobús llega con todas las provisiones que podáis necesitar. Si quisierais algo que se considere un capricho tendréis que costearlo vosotros e ir a la ciudad, para ello disponéis de una bicicleta por pareja. Ahora os dejo que os instaléis.

Se fue dejándonos solos como dos estatuas, hasta que reaccioné y entré en el apartamento. Todas las paredes estaban pintadas La mitad superior de amarillo o violeta y la interior del color contrario, creando un tono muy alegre. En frente tenía dos puertas una entreabierta que dejaba ver un amplio baño con ducha y bañera al lado de un lavabo doble con un gran espejo, todo decorado con azulejos color turquesa.

Alex y yo nos acercamos hasta la habitación cerrada de la pared izquierda. Ésta contenía una bonita habitación toda de diferente tonos de amarillo, con una cama de matrimonio, una televisión de unas 19 pulgadas colgada frente a la cama, una estantería que llegaba hasta el techo, una mesita de noche y un armario.

- Creo que esta es tu habitación- dije muy convencida

- Yo también lo creo, los colores son parecidos a mis ojos y la habitación del... ¿sueño?, todavía no se como llamarlo.

Me dirigí al cuarto situado enfrente y efectivamente era idéntico al de Alejandro, salvo por la excepción de que era de colores morados y lilas.

Nos separamos para deshacer el equipaje y estuvimos durante 2 horas guardando correctamente nuestras pertenencias. Yo me entretuve comprobando que todos los libros que había guardado en la maleta no se hubieran estropeado ya que yo era muy cuidadosa con esas cosas.

Para cuando terminé eran las 5 de la tarde y entre el viaje y demás estaba agotada así que decidí descansar un rato. Me tumbé en la cama y para cuando me quise dar cuenta estaba profundamente dormida.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Capitulo 10: Viajando

Al día siguiente me levanté pronto y como seguía sin tener nada que hacer me encendí el ordenador, con la idea de mandar un mensaje a Lucy y Alice para avisarlas, aunque no tenía ni idea se como empezar. Habíamos sido amigas y compañeras de toda la vida y no estaba segura de por donde empezar.
Abrí el correo y nada más ver el asunto se me hizo un nudo en la garganta, pero finalmente comencé a escribir.
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Destinatario: alicewhitesmile@hotmail.com ; lucylarala@hotmail.com
Remitente: Katelieme@hotmail.com
Asunto: Noticias
Bueno chicas se que dijimos que el correo solo era para urgencias y esto es en parte una urgencia aunque también se podría considerar un correo informativo. He recibido una beca de White Dove, un centro educativo algo lejos de aquí. He decidido aceptarla, pues una ocasión así no se presenta dos veces en la vida, mis padres están muy entusiasmados con esto, no se si se alegran o solo quieren perderme de vista jajaja. Ahora mismo solo puedo pensar en que no estaremos juntas.
Cuando veáis esto contestar por favor necesito hablarlo con alguien.
Os quiero mucho chicas
Besos Katie
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Me subí una bandeja con el desayuno a mi cuarto, a la espera de que me respondieran pero tras media hora de espera no había novedades, así que me tomé mi tazón de cereales tranquilamente y al terminar bajé al comedor a ver la televisión.

Justo cuando estaba apunto de sentarme noté unos leves golpes en la puerta principal. Fui hacia allí y al abrir la puerta me llevé una gran sorpresa al ver frente a mi a Alice y a Lucy en pijama. Tan solo vivían a un par de casas más abajo pero aún así me extrañó.

- ¿Estáis locas?- pregunté todavía estupefacta

- Dinos que el mensaje era una broma- comentó Alice con el ceño fruncido

No quería que llegar ese momento, de ahí el correo, ya que ese tipo de situaciones cara a cara nunca se me han dado bien.

- Lo siento chicas pero no, me voy dentro de unos días.

Creía que su reacción seria de enfado pero en su lugar las dos se abalanzaron sobre mí y pronto estábamos envueltas en un gran abrazo. Me pareció ver alguna que otra lágrima en el rostro de Lucy, pues esta era la más sentimental de las tres. Les pregunté si habían desayunado y su respuesta fue negativa, así que nos dispusimos a a pasar uno de los mejores días de nuestra vida.
Al caer la noche cada una volvió a su casa tras un día agotador, aunque si hubiese sido por mi jamás habría terminado, pero desde el incidente mis padres estaban todo el día encima de mi.

Domingo por la mañana estuve con mi madre preparando las 2 maletas que tendrían que guardar 17 años de mi vida. por la tarde hicimos recuento para asegurarnos de que no nos faltaba nada, aunque a las malas tendría que volver a por ello. Durante la noche no conseguí pegar ojo, pero al menos conseguí terminar el libro. Al amanecer me di una ducha rápida y vestí para estar preparada lo más pronto posible.

- ¿Nerviosa?- dijo mi queridísimo compañero
- No ¿y tu?- dije con sarcasmo
- Tampoco

Mantuvimos una conversación corta y poco transcendental pero así pudimos despejar la mente por unos minutos. Lo único que me hacia querer continuar era que él estaría junto a mi. A las 12 un autobús paró junto a la puerta y tocó el claxon dos veces. Mis padres me dieron un abrazo y dos besos cada uno, me ayudaron a cargar las maletas en el autobús y finalmente monté en él.

Busqué con la mirada a Alex pero no conseguí verlo, así que supuse que no habíamos llegado a su casa todavía y me senté en unos asientos vacíos de la tercer fila. Conecte los auriculares al móvil, me los puse y me deje llevar con la música a otro lugar donde todo lo que estaba viviendo fuera una gran mentira.

Mientras miraba por mi ventana hice repaso mental de cada una de las situaciones vividas desde el accidente y todo parecía subreal, si alguien me hubiese dicho que me convertiría en Guardiana y que tendría a un bombón como compañero creería que me tomaba el pelo.Un momento¿bombón? que rumbo estaban tomando mis pensamientos.

Sin previo aviso noté una sacudida y el autobús frenó, me quede a la espera de ver quien era el que subía por si era él,y efectivamente así fue. Lo primero que vi fue esa cabellera castaña y una amplia sonrisa dirigida a mi. No me había dado cuenta que me estaba ruborizando hasta que un inmenso calor me invadió el rostro. Éste se dirigió hacia mi y se sentó en el asiento correlativo al mio. Yo le devolví la sonrisa y giré la cabeza hacia el cristal para intentar tranquilizarme.


Los dos manteníamos silencio, pero no era uno de esos silencios incómodos si no más bien uno en el que las palabras sobraban.
Estaba ensimismada en mi canción cuando noté que uno de los auriculares desaparecían. Me giré para ver cual era la causa y vi como Alex se lo colocaba en su oído derecho a la vez que arrugaba un poco la nariz.

- ¿En serio estás oyendo a David Civera? pero si sus canciones son antiquísimas, triunfó durante un mes y ya no se ha vuelto a saber de él.- dijo burlándose de mi

- Perdona pero sus canciones son muy buenas y no solo triunfó un mes- comenté fingiendo que me había dolido.

- Espera- respondió mientras me devolvía el auricular

Se inclinó un poco hacia delante y sacó su móvil del bolsillo trasero de su pantalón. Ese detalle me hizo mucha gracia por que yo solía hacer lo mismo, esa era la razón de que siempre se me acaban rompiendo los móviles.
Estuvo repasando su lista de canciones hasta que le conectó unos cascos y cambió mi móvil por el suyo.

- Toma, escucha esta lista de reproducción y cuando la acabes me das las gracias, mientras buscaré algo decente en las tuyas.

Me sentía un poco insultada pero esa situación tenía que verse muy cómica desde fuera así que le hice caso y escuché su música. Lo peor de todo era que tenía razón y había canciones muy buenas pero no todas aunque no iba a darle el gusto de darle la razón porque a cabezota no me ganaba nadie.

Al acabar le toqué suavemente el hombro y con una sonrisa de suficiencia me miró por encima de las gafas de sol que no sabía en que momento se las había puesto.

- Pues sinceramente no son para tanto- dije restándole importancia

- No me creo que hayas dicho eso- dijo entre carcajadas

- Pues no le veo la gracia

- Tu sabes que estamos conectados ¿no?

Mierda, por un momento lo olvidé completamente. Entonces sabía que todo era por no darle la razón y quedar como una tonta. Aunque sinceramente creía que mi gusto era mejor

- Tranquila no pienso que seas una tonta y no, tu gusto no es mejor

- Esa será tu opinión, y deja de meterte en mi cabeza- respondí a la defensiva

Discutimos durante tanto tiempo que cuando nos quisimos dar cuenta nos encontrábamos ante unos preciosos edificios de cristal opaco. El primero era de un cristal verde que contrastaba con la hierba que rodeaba a los edificios. El que se encontraba a la izquierda tenía un tono entre lila y azul oscuro y el último de ellos situado un poco más alejado y el más grande de todos ellos era de un intenso rojo.

El autobús frenó delante del edificio verde y abrió sus puertas, así que todos nos levantamos y comenzamos a bajar de él. Mientras me fui fijando en quienes estaban y no eramos muchos, mas o menos 4 parejas de mas o menos nuestra edad y todos nosotros teníamos la misma expresión en el rostro. Incredulidad mezclado con una pizca de arrepentimiento ya que no teníamos claro donde nos habíamos metido.

Nos agrupamos a la izquierda del autobús junto a la fachada del primer edificio cada uno con sus respectivas maletas a la espera de alguien, o eso supuse yo.

lunes, 7 de abril de 2014

capitulo 9: La carta

Mis padres no me dejaron ir al instituto en toda la semana ya que el médico me dijo que guardara una semana de reposo pero ya estaba hasta las narices de no poder hacer absolutamente nada, desde el "cambio" me encontraba con mas energía y mas vitalidad que nunca aunque también estaba nerviosa por que Daniel dijo que la carta llegaría en un par de días y ya había transcurrido una semana.

Como si la hubiera invocado sonó el timbre asi que bajé corriendo las escaleras por que no podía esperar ni un minuto más, yo ya estaba perfectamente pero mis padres no lo querían ver. Al abrir me encontré frente al cartero que enseguida me tendió una mano y me hizo firmar, cosa que solo se solía hacer cuando te entregaban un paquete, así que decidí preguntarle y me respondió que tenía órdenes específicas de entregar esta carta en mano.

Entré por la puerta a la misma vez que mi madre salía de la ducha y al verme con los sobres en la mano frunció el ceño a la vez que sacudía la cabeza.

- Debes descansar- dijo a la vez que cogía las cartas

Se sentó en una punta del sofá mientras revisaba cada una de las cartas hasta que llegó a a última. Le dio 2 o 3 vueltas al sobre hasta que finalmente se decidió a abrirlo. Leyó la carta un par de veces, luego levantó la vista y me estuvo mirando unos minutos, hasta que me tendió la carta para que yo la pudiera leer.

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Estimada señora Lieme:

Deseamos comunicarle que Katherine Lieme ha sido seleccionada junto con otros candidatos como ganadora de una beca para estudiar en el instituto privado de White Dove. Durante este curso y los 4 años venideros de universidad nuestro centro correrá con todos los gastos y se le procuraran a ella y los demás alumnos algunos de los mejores profesores del país. El 30 de septiembre todos los alumnos serán recogidos por un autobús de la institución que los llevará hasta su residencia donde vivirán hasta el término de sus años docentes....
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Nunca había visto tantas mentiras juntas, y lo que no me quedaba claro era si mi madre se lo creería. Giré la cabeza y la vi contemplándome con ojos incrédulos a la vez que se acercó a mi y me envolvió en un gran abrazo. Cuando se separó de mi tenía los ojos empapados en lágrimas y las mejillas húmedas.

- Tengo que decírselo a tu padre, pero estoy segura que estará tan orgulloso como lo estoy yo.

No puede hacer otra cosa que darle un abrazo y ponerle una de mis mejores sonrisas pero por dentro estaba destrozada, la única vez que mi madre había llorado de orgullo y era una completa mentira.Durante unos segundos dudé en contarle la verdad creyendo que podría entenderlo, pero..... ¿y si no lo entendía?, podría impedirme que hiciera todo el bien que según Daniel ahora podríamos hacer, y ese no sería el mayor de mis problemas. No me lo pensé otra vez y fui hacía mi teléfono para llamar a mi padre, pero mi madre dijo que mejor le diéramos una sorpresa.

Pasé todo el día dando vueltas por mi casa como un alma en pena, pensando en todas las cosas a las que estaba renunciando, aunque todavía cabía la posibilidad de que mi padre dijera que no, pero no sabía el por que tenía el presentimiento de que no iba a ser este el caso. Solo podía hacer una cosa y era mirar con optimismo hacia delante.

Cuando el reloj del comedor daba las 19:15 oí como se abría la puerta de la entrada. Me levanté como si la silla en la que estaba sentada tuviera un resorte, pero no llegué a moverme del sitio, las piernas me temblaban y no era capaz de gesticular ni un solo sonido. Mi madre salió a paso ligero de la cocina y en cuanto mi padre cerró la puerta de la calle sacó la carta que guardaba en el bolsillo. La leyó un par de veces y levantó la cabeza buscándome con la mirada. Enseguida me encontró apoyada en el marco de la puerta a la espera de su reacción.

Caminó hacia el sofá y se sentó en éste dejando la mirada perdida en la televisión. Mi madre imitó su acción y se sentó junto a él. No se cuanto tiempo transcurrió hasta que finalmente mi padre se decidió a hablar.

- Te vamos a echar muchísimo de menos- dijo suprimiendo la única excusa para no ir

- ¿Entonces te parece bien?- pregunté incrédula

- Por supuesto cariño- se levantó y se aproximó hasta donde yo estaba  y con la mano que no sostenía la carta me acercó hasta él y me dio uno de los mayores abrazos que me había dado en toda mi vida- estoy muy orgulloso de ti

Por segunda vez en una mañana se me cayó el alma a los pies ¿como podía estar bien que mis padres estuvieran tan orgullosos por una mentira? Intenté obviar el nudo que tenía en la garganta y no soltar las lágrimas que luchaban por salir.

Durante la cena se lo contamos a mi hermana que tuvo la misma reacción que mis padres y yo cada vez tenía menos ganas de ir a ningún sitio, aunque una cosa así era imposible de omitir .Cuando ya me había duchado, puesto el pijama y metido en la cama con uno de mis libros favoritos para perderme en un mundo menos frustrante que el mío, oí una voz en mi cabeza que como no solo podía ser de él.

- Llevas todo el día mal, has recibido la carta ¿no?

-Sí, y estoy hecha polvo, ojalá pudiera dar marcha atrás, seguro que me replantearía mi decisión

- Yo estaba igual el día que  me llegó, pero lo único que puedes hacer es mirar el lado positivo

- ¿Qué lado positivo?

- Me has conocido a mi- dijo con sorna

Ante ese comentario solo pude reír, llevaba todo el día amargada y preocupada y ese momento de relajación me vino muy bien, no sabía cuanta falta me hacia poder soltar unas carcajadas. Continuamos hablando brevemente hasta que a las 12 me quedé traspuesta.

viernes, 14 de febrero de 2014

Capitulo 8: Vuelta a la realidad

Desperté de nuevo en el hospital rodeada de aparatos médicos que no paraban de parpadear y pitar, y al fondo de la habitación en una pequeña butaca negra vi a mi madre durmiendo tranquilamente. Lo que más me alegraba de todo era poder comprobar que mis padres estaban bien, dentro de lo que cabía. Me incorporé como pude y eché la cabeza hacia atrás intentando mantener la calma y la mente fría, en unos pocos días todo mi mundo se había venido abajo, tendría que irme de mi casa, abandonar a mis amigos, y comenzar una instrucción para hacer dios sabrá que cosas. Tenía la cabeza echa un lío y solo era capaz de ver las cosas negativas de mi elección, pero tenía que hacer frente a mi decisión.

Con cuidado me bajé de la cama y me dirigí al baño. Me situé frente al espejo y me miré atentamente, mis ojos ya no eran de ese gris que siempre me gustó ahora tenían un aspecto algo diferente con ese halo violeta entorno a la pupila que solo yo los demás guardianes podíamos ver, además del "tatuaje" que compartíamos mi compañero y yo. Seguí observándome intentando encontrar un atisbo que pudiera indicar a los demás lo que era, que ya nunca volvería a ser la misma, pero no logré encontrarlo.

Durante todo el día me hicieron multitud de pruebas para corroborar que estaba bien, cosa que no paraba de repetir. Finalmente se dieron cuenta de que era cierto, no había la más mínima señal que demostrara que había sufrido un accidente. Los médicos estaban perplejos ya que solo habían tenido otro caso así y fue el otro implicado en mi accidente. Durante todas y cada una de las pruebas a las que fuimos sometidos Alex y yo no parábamos de tener una de nuestras conversaciones telepáticas riéndonos de los médicos ya que estos no se explicaban como podía ser posible.

Debido a que no consiguieron encontrar nada se comprometieron a darnos el alta al finalizar el día por que si no nos pasaba nada no teníamos por que permanecer en el hospital, así que mis padres fueron a mi casa para traerme algo de ropa y ver como se encontraba mi hermana. Cuando volvieron llamaron doctor para saber si ya podía irme a mi casa, y tras firmarme el alta me quité la bata del hospital y me puse el vestido verde claro con las bailarinas blancas que me había traído mi madre. Mis padres recogieron todas las cosas que habían ido dejando por la habitación y nos dirigimos hacia la puerta.

Cuando nos encontrábamos en la puerta vimos como Alex salía de su habitación a la par que nosotros yo le sonreí a modo de saludo y este me devolvió la sonrisa, por un momento note como sus ojos me recorrían de arriba a bajo y esbozaba una tímida sonrisa, casi imperceptible. No estaba del todo segura si de verdad había pasado o solo era cosa mía.

Las dos familias nos encaminamos hacia la puerta y pude ver que nuestros padres se lanzaban miradas furtivas como reprochándose al otro el accidente, mientras que Alex y yo solo nos mirábamos de vez en cuando y sonreríamos, con una mirada cálida de las que te echa un amigo de toda la vida, como unos conocedores de nuestro gran secreto, llena de cariño y ternura.

Lo primero que vi al entrar en mi casa fue a Clara sentada en las escaleras esperando a que llegáramos. En cuanto levantó la cabeza y me vio se abalanzó sobre mí para darme un abrazo.Me fijé un poco y pronto pude ver que su cara estaba llena de preocupación, también dejó escapar alguna que otra lágrima pero enseguida se las secó.

- Que sea la última vez que me das un susto así- dijo dándome cariñosamente con en el hombro

- No te preocupes que no creo que vuelva a suceder- respondí riéndome

Estuvimos hablando durante un rato, hasta que mi madre nos llamó para cenar pero como yo no tenía mucha hambre decidí irme a mi habitación. Cuando llegué a la puerta me quedé comtemplandola unos instantes pensando en todo lo que podía haber perdido y lo que me quedaba por perder. En ese instante me acordé de que no le había pedido el teléfono a Alex, aunque realmente no me hacía falta solo tenía que aprender a comunicarme con él.

 Me senté en mi cama con las piernas cruzadas y el portátil entre ellas con la intención de buscar algo de información sobre él. No sabía sus apellidos pero por la edad y la ciudad tenía la esperanza de poder encontrarlo. Introduje los datos y comencé a bajar por todos los usuarios de twitter que me salían hasta que encontré una foto en la que salía una pareja abrazándose. Se me formó un nudo en la garganta intentando  no dejar escapar las lágrimas. Entre en su cuenta y continué viendo las fotos, de vez en cuando salía con algunos amigos pero en general en todas las fotos salía ella.

Me coloqué los auriculares y comencé a escuchar la música de la carpeta que solía escoger cuando no me encontraba en condiciones  de hablar con nadie o incluso cuando estaba deprimida. Comencé a escribir mi diario contando todo lo que me había sucedido intentando desahogarme, menos mal que tenía contraseña por que si alguien llegara a leerlo...

Sin previo aviso comencé a sentir mucho calor e incluso me encontraba incómoda, pero no me explicaba ni como ni por que pues en mi cuarto me encontraba yo sola. Me tumbé y cerré los ojos intentando relajarme y sentirme mejor. Poco a poco me fui tranquilizando, y atando cabos. Hice memoria y recordé que podemos sentir todo lo que siente el otro así que la única explicación era que estaba canalizando las emociones de Alex.

"¿Podrías tranquilizarte un poco?" le dije algo molesta

"¿Kate?" contestó incrédulo

"Nooo, soy el la tía segunda de tu primo el tuerto. Pues claro que soy yo y hasta que no logremos controlar esto intenta mantener a raya las emociones"

"Vale haré todo lo que pueda"

No quería ser borde pero hasta que no comenzáramos a entrenar para mejorar nuestras habilidades no habría forma humana de que consiguiéramos controlarlo y lo único que podíamos hacer hasta entonces era intentar controlarnos por mucho que costara. Por un momento me quedé pensando en lo que había sentido, bueno mejor dicho lo que él había sentido,  ese intenso calor que me recorría todo el cuerpo era el mismo que notaba cuando Elías intentaba llegar más lejos de lo que yo quería, por lo que deduje que Alex estaba con una chica. Me abandoné en ese pensamiento y se me formó un nudo en la garganta, pero no tenía sentido, solo lo conocía desde hacía un par de días, no podía gustarme ¿no?.