Una historia de amor donde nada es lo que parece donde hay que renunciar a todo por el bien del ser amado, pero sobre todo por salvar a la humanidad

jueves, 13 de noviembre de 2014

Capitulo 11: Llegada y presentaciones

Efectivamente no me equivocaba, las puertas de lo que parecía ser el edificio central se abrieron de par en par y por ellas salieron tres figuras vestidas completamente de blanco. En el centro pude distinguir a Daniel ya que ese hermoso rostro no había lugar donde poder ocultarlo,

Cuanto nos quisimos dar cuenta se encontraban junto a nosotros y pudimos ver que a la derecha de Daniel se encontraba una mujer bellísima con el cabello rubio platino con unos ojos verdes con destellos color rubí que quitaban el hipo y al igual que Daniel tenía la piel pálida aunque no tanto como este. En su rostro se veía reflejada una sonrisa que contrastaba con el semblante serio del hombre que se hallaba más a la izquierda, este no sonreía pero su expresión era serena y transmitía una gran sensación de tranquilidad. Era el más alto de los tres y tenía el pelo tan negro como el carbón y los ojos eran de un color ámbar pues si bien eran marrones se apreciaba claramente un halo de color amarillo en torno a la pupila.

Yo no sabía si Daniel había sido el que se había aparecido a todos nosotros aunque por las expresiones de las chicas supuse que no ya que parecían anonadadas. Enseguida éste reparó en mi y me dedicó una preciosa sonrisa que me hizo sonrojarme sin saber por que. La mujer dio un paso hacia delante provocando que los hombres con los que iba retrocedieran un poco y se apartaran para darle más espacio.

- Bienvenidos a la academia White Dove, creo que todos sabéis por que estáis aquí, esto ha sido elección vuestra y son vuestros actos los que os han traído ante nosotros- comentó sin dejar nunca de sonreírnos- me llamo Verónica y seré vuestra instructora el tiempo que estaréis aquí, yo me encargo de ayudaros a desarrollar vuestras habilidades.

Acto seguido guardó silencio, se retiró un poco y le echó un vistazo a sus dos compañeros incidiendo en Daniel así que éste dándose por aludido se colocó donde minutos antes había estado Verónica.

- Yo me llamo Daniel y seré vuestro entrenador, ya que ser Guardián requiere mucha destreza tanto física como mental y me encargaré de que podáis enfrentaros a.... todo lo que os echen encima.

La pausa que hizo no me gustó demasiado, sabíamos que tendríamos que enfrentarnos a muchas cosas pero de ahí a saber que necesitaríamos entrenamiento físico la cosa variaba mucho. Esas cosas son las que deberían venir en un folleto antes de decidir.

Verónica volvió a hablar dirigiéndose a nosotros

- No todo lo de la carta era mentira, si es cierto que estudiareis, además de vuestros deberes de Guardianes también debéis escoger carrera pues creemos que hay que estar preparados en todos los aspectos que podáis. Para ello contamos con un gran profesorado cuyo director se encuentra aquí- dijo haciendo un ademán para que se acercara el hombre que quedaba por hablar.

- Yo me llamo Raúl, y soy el director de la institución. La parte sobrehumana corre a cargo de Daniel y Verónica pero la parte intelectual viene de mi- comentó muy brevemente- los demás profesores y yo os impartiremos las diversas asignaturas de las carreras que elijáis, la etapa del instituto nos la saltaremos porque así no retrasamos a nadie además de creer que ya tenéis los fundamentos básicos.

Todos nos miramos entre nosotros, ¿de verdad tendríamos que estudiar?, era una de las pocas cosas buenas que creía que tendría mi elección pero por lo visto no iba a ser así. Dejó de hablar con la misma rapidez con la que había empezado y de nuevo Verónica cogió el relevo.

- Creemos que sois lo suficientemente maduros para poder convivir en la misma habitación que vuestro compañero sin importar su sexo, ya que  las relaciones entre parejas Guardianes quedan prohibidas pues podrían afectar en vuestra labor.

Nunca había pensado en mantener una relación con Alex, eso es mentira ¿por que te engañas? calla cabeza, pero ahora que sabía que estaba prohibido tenía que ponerle más empeño por cumplir con las normas establecidas

- Así que sin más demora, seguidme hasta vuestros dormitorios.

Raúl emprendió la marcha tras Verónica y a la cabeza se encontraba Daniel, todos los imitamos y los seguimos hasta la entrada del edificio verde. Al entrar nos encontramos dentro de un precioso vestíbulo de colores blanco y negro. Al fondo había una pared blanca llena de buzones de color grisáceo. A la derecha se abría la pared dando a una enorme sala con multitud de sofás negros de tres plazas  y varias televisiones de pantalla plana. Justo enfrente de dicha sala había un ascensor para unas 6 personas y junto a éste una escalera que supuse daba a las habitaciones.

- Vamos a hacer dos grupos para subir en el primero estaremos Vero y yo- dijo Raúl

- Y yo estaré en el segundo- comentó Daniel mirándome de reojo

Por instinto me arrimé un poco a Alex aunque este se puso muy nervioso por que podía notarlo por todo el cuerpo, pero decidí ignorarlo. No entendía por que pero Daniel me intimidaba mucho no sabía si era por que era mayor que yo, por su increíble belleza o por que sería mi entrenador.

Esperamos a que nos llegara el turno y cuando el ascensor volvió vacío entramos en el Alex, una pareja de chicos, Daniel y yo. Me situé al fondo, todo lo pegada a la pared posible pues no quería ponerme más nerviosa de lo que estaba, ya que cada segundo me arrepentía más de haberme convertido en lo que era.

Paramos en la planta 20 y Daniel bajó del ascensor invitándonos a hacer lo mismo con un gesto de su mano.

- Vuestro piso es la tercera puerta a la derecha- les dijo a los chicos

Fijándome fríamente pude apreciar que eran bastante monos. Uno de ellos era un poco más alto que yo con el pelo rubio oscuro, los ojos color marrón y nariz respingona. Su compañero era lo opuesto a éste, tenía los ojos azules y el pelo castaño oscuro casi negro, pero lo que más llamaba la atención de él era la cara de enfado permanente que tenía desde que el autobús se detuvo.

Los chicos se marcharon arrastrando las maletas hasta la habitación que les había indicado Daniel y enseguida se fijó observándonos como si esperase que pasara algo fuera de lo común.

"No te parece algo extraño su comportamiento" - dijo Alejandro en mis pensamientos

"Un poco pero estará esperando que nos peleemos como posesos"

Vi como Alex esbozaba una tenue sonrisa aunque enseguida volvió a ponerse un poco serio ya que la presencia de Daniel lo incomodaba y no era el único que se sentía algo raro.

- Bien seguidme que os enseño vuestro piso

Echó a andar por el pasillo contrario que les había indicado a los otros dos. Todo estaba completamente en silencio salvo por el sonido de nuestros pasos casi acompasados acompañados por el ruido de las maletas.

Se paró ante una puerta que ponía número 13, volteó a mirarnos y me tendió una llave a mi y otra a Alex. Volteó hacia la puerta y con un simple movimiento de mano la abrió dejando ver delante de él un precioso apartamento que combinaba los colores violeta y amarillo, al igual que las habitaciones donde habíamos despertado tras el accidente.

- Bien, aquí tenéis todo lo que podáis necesitar. Un baño, cocina, dos habitaciones y un armario para los productos de limpieza. Nosotros nos encargamos de procuraros una enseñanza y un buen adiestramiento pero la vida diaria es cosa vuestra. Dos veces a la semana el autobús llega con todas las provisiones que podáis necesitar. Si quisierais algo que se considere un capricho tendréis que costearlo vosotros e ir a la ciudad, para ello disponéis de una bicicleta por pareja. Ahora os dejo que os instaléis.

Se fue dejándonos solos como dos estatuas, hasta que reaccioné y entré en el apartamento. Todas las paredes estaban pintadas La mitad superior de amarillo o violeta y la interior del color contrario, creando un tono muy alegre. En frente tenía dos puertas una entreabierta que dejaba ver un amplio baño con ducha y bañera al lado de un lavabo doble con un gran espejo, todo decorado con azulejos color turquesa.

Alex y yo nos acercamos hasta la habitación cerrada de la pared izquierda. Ésta contenía una bonita habitación toda de diferente tonos de amarillo, con una cama de matrimonio, una televisión de unas 19 pulgadas colgada frente a la cama, una estantería que llegaba hasta el techo, una mesita de noche y un armario.

- Creo que esta es tu habitación- dije muy convencida

- Yo también lo creo, los colores son parecidos a mis ojos y la habitación del... ¿sueño?, todavía no se como llamarlo.

Me dirigí al cuarto situado enfrente y efectivamente era idéntico al de Alejandro, salvo por la excepción de que era de colores morados y lilas.

Nos separamos para deshacer el equipaje y estuvimos durante 2 horas guardando correctamente nuestras pertenencias. Yo me entretuve comprobando que todos los libros que había guardado en la maleta no se hubieran estropeado ya que yo era muy cuidadosa con esas cosas.

Para cuando terminé eran las 5 de la tarde y entre el viaje y demás estaba agotada así que decidí descansar un rato. Me tumbé en la cama y para cuando me quise dar cuenta estaba profundamente dormida.

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