Una historia de amor donde nada es lo que parece donde hay que renunciar a todo por el bien del ser amado, pero sobre todo por salvar a la humanidad

jueves, 19 de diciembre de 2013

Capitulo 7: No fue un sueño

Una fuerte luz blanca muy potente comenzó a despertarme lentamente además de los continuos murmullos que se oían  Poco a poco fui abriendo los ojos hasta que me encontré en la misma habitación en la que hacía tan solo unos días me había visto moribunda, pero esta vez no solo estaban mis padres sino también Ali, Ismael, Lucy e incluso Elías. Lo primero que sentí fue mucha ira por que de no haber sido por el no me encontraría en la situación actual, pero poco a poco me fui relajando pensando que todo podía haber sido un mal sueño. Acto seguido me vi en vuelta en un gran abrazo colectivo en el que participaron todos salvo Elías.

- Por fin te has despertado- dijo mi madre con los ojos empapados en lagrimas

- Ya iba siendo hora ¿no?- bromeé

- Menudo susto nos has dado, ¿en que pensabas cuando cogiste la moto sin casco?- ya había pasado el momento de preocupación, era la hora de la bronca

- Lo se y lo siento, me dejé el casco en casa de Ali- no quería ni pronunciar su nombre y por como me miró mi amiga lo entendía a la perfección- en cuanto pueda iré a recogerlo.

Mi hermana se encontraba sentada junto a la puerta acurrucada por Ismael, tenía los ojos muy hinchados y las mejillas coloradas, así era como se ponía cuando había estado llorando. Y que decir de los demás tenían una ojeras muy profundas y cara de mucho cansancio.

- Deberíais ir a descansar se os nota que no habéis pegado ojo

- Cristina quizá la niña tenga razón ahora que sabemos que está bien deberíamos ir por lo menos a casa a darnos una ducha y cambiarnos de ropa- comentó mi padre abrazando suavemente a mi madre

- ¿Estarás bien cariño?- preguntó mi madre acariciándome el pelo

- Por supuesto, además no creo que pueda ir a ninguna parte

Poco a poco todos fueron saliendo de la habitación hasta que me quedé sola con mis amigos que por su semblante estaban algo cabreados conmigo.

- ¿Pero tu estas loca?- fue lo primero que soltó Lucy- ¿tu sabes lo mal que lo hemos pasado?, cuando te vimos salir corriendo sabíamos que algo iba mal- comentó mientras miraba de reojo a Elías

- Lo ultimo que pensábamos era que podría pasar esto- comentó Ismael mientras abrazaba a Alice, a la cual se le podían observar las lagrimas que se acumulaban en sus ojos

- Lo siento muchísimo chicos, es cierto que no se como lo habéis pasado pero quiero deciros que me alegra saber que no me odiáis por ello- dije avergonzada

Estos se acercaron a mi cama dándome otro gran abrazo, pero en vez de separarse se sentaron alrededor de mi cama. Estuvimos hablando largo rato, rato en el que Elías solo nos contemplaba y no participaba. Finalmente les dije que se fueran a casa y que descansaran que mañana sería otro día, en parte por que su cansancio podía percibirse y en parte por que quería hablar a solas con él. Una vez se hubieron ido todos por fin se acercó.

- Créeme cuando te digo que mi intención no era hacerte daño- dijo sin llegar a mirarme a los ojos

- Así que tu intención no era hacerme daño, pero aclárame una cosa a que te refieres a tu engaño o el hecho de que estoy así por ti- dije con todo el resentimiento que mi voz me permitió

- Se que no tengo derecho a pedirte otra oportunidad....

- Es cierto no la tienes, pero quiero que sepas que en el fondo no te culpo por ello y que para el futuro no vuelvas a hacer esto mismo con otras chicas por que ahí si no me pienso callar

Levantó lentamente la cabeza fijando sus ojos en los míos, en ellos se podía apreciar una ultima esperanza de que lo perdonara pero para mi era imposible, no me veía lo suficientemente capaz de abandonar todo el rencor que aun conservaba, bastante había hecho con hablarle bien y perdonarlo, no debía tentar a la suerte.

Me recosté en la cama con la intención de descansar un poco pues si era cierto que no me dolía nada tenía todo el cuerpo adormecido, pero noté como una vocecita en mi cabeza me llamaba, tardé un par de minutos en reconocer que quien me llamaba era Alex.

"¿Alex?"- pregunté confusa

"Si soy yo, quería comprobar que todo lo que hemos vivido era real y no un sueño"

Hasta ese momento casi ni me había acordado de todo lo ocurrido y menos en pensar que podría haber sido mentira, pero el saber que en realidad si que había pasado y no estaba en mi cabeza supuso un alivio, bueno no exactamente un alivio ya que seguíamos acarreando esta carga.

"¿Donde estás?"- pregunté confusa

"Si no me equivoco en el hospital de Santa Teresa"

"Yo también"

"¿Cómo te encuentras?"

"Bien aunque algo entumecida, ¿y tu?"

"Igual, mejor descansemos y luego hablaremos, adiós"

"Vale adiós"

Me acomodé lo mejor que pude intentando dormir para recuperarme de todo lo ocurrido en las últimas horas, pero por alguna extraña razón no podía, tenía una sonrisa estúpida en el rostro cada vez que me acordaba de todos las sensaciones y conversaciones que había tenido con el en el poco tiempo que nos conocíamos.  Poco a poco me fui quedando dormida y lo último que vi era como un rostro conocido se acercaba a mi cama y me acariciaba la cabeza.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Capitulo 6: Más noticias inesperadas

Tras conseguir hacernos invisibles Dani nos dijo que debíamos acompañarle a su despacho que tenía algo importante que decirnos así que nada más terminar me duché y vestí con el camisón y fui hacia el despacho. Al abrir la puerta del cuarto de Alex me lo encontré saliendo del baño con una toalla anudada a en la cintura mientras que con otra se secaba el pelo, en seguida levantó la cabeza y se quedó muy quieto al reparar en mi y  yo no pude evitar sonrojarme al comprobar como el agua hacia que su piel resplandeciera, me quedé un momento parada  y enseguida me di la vuelta un tanto avergonzada.

- S-siento mucho no haber llamado antes de entrar, solo iba hacia el despacho- dije muy abochornada

No me llegó a contestar pero pude oír como se vestía muy deprisa y era extraño por que lo percibía con mucha claridad a pesar de que la habitación estaba en completo silencio, además me pareció escuchar como maldecía entre susurros

- Sabes que aunque susurres puedo oírte

- Ya esta te puedes dar la vuelta- dijo muy serio

Al darme la vuelta me di cuenta que me miraba con mucha dureza pero no le servía de nada ya que fui capaz de sentir que lo hacia para enmascarar la vergüenza . Sin dirigirle ni una sola palabra más fui hacia la puerta del despacho de Daniel, y volvía a estar como la ultima vez sentado en una de las tres sillas de la mesa, tomamos asiento y este prosiguió con aquello tan importante que tenía que decirnos.

- Bien tengo algo que contaros, algo que seguramente debía de habéroslo dicho antes de todo el proceso, pero como ya no hay vuelta atrás allá va- me di cuenta de que estaba algo nervioso, tal vez por nuestra reacción o por que nos negáramos a acatar sus ordenes- tenéis que vivir juntos

Sentí que iba a desmayarme en cualquier momento y al girar la cabeza comprobé que Alejandro estaba completamente pálido, como si le hubieran sacado toda la sangre del cuerpo.

- Eso es imposible , si tan solo tengo 17 años como voy a explicarle a mi madre que me tengo que ir de mi piso a vivir con un chico al que apenas conozco por que ahora me he convertido en una especie de Ángel- dije en el tono más sarcástico que pude

- Todo eso no es problema siempre reubicamos a nuestros aprendices para evitar que puedan sufrir cualquier influencia que los lleve hacia el lado del mal, ya que como habréis adivinado no estamos solos, si existimos es por que en el mundo hay otros seres sobre naturales que intentan deshacer vuestro trabajo

- Y como se supone que vamos a reubicarnos sin levantar ninguna sospecha - preguntó Alex

- Un par de días después de que lleguéis a vuestra casa os llegará una carta justo a tiempo de empezar el curso diciendo a vuestros padres que se os a concedido una beca para estudiar en una institución para jóvenes que quieran desarrollar su potencial más fuerte ya que según me han dicho tu eres una gran escritora Kate- dijo mientras me mostraba una especie de diario en color crema, enseguida pude reconocerlo era mi cuaderno de ideas, siempre que tenía algo en mente lo apuntaba en el y al llegar a casa encendía mi portátil y me ponía a escribir como una loca- y tu- dijo a Alex- me han dicho que estas matriculado en la universidad por bellas artes es más mi informador dice que eres uno de los mejores pintores que ha visto en muchísimo tiempo.

Me encantaba poder tener algo en común con él, a los dos nos fascinaba la cultura aunque en ámbitos diferentes, yo en literatura y el en arte.

- Parece que lo tienes todo controlado- dije incrédula ante tal plan- no parece tener lagunas, aunque.... ¿eso significa que nunca volveré a ver a mis padres?

- No no en absoluto, los fines de semanas podréis ir a verlos, es más si no lo hicierais si sería un plan con lagunas- dijo con una amplia sonrisa- el donde viviréis ya lo sabréis, solo tened presentes que en breve viviréis codo con codo. Bueno esto es todo ya os podéis marchar a dormir.

Ambos salimos del despacho y esta vez sin despedirnos siquiera cada uno se marchó a su habitación ya que teníamos mucho en que pensar.

Una vez llegué a mi cuarto me metí bajo las sábanas y me quedé un rato contemplando el techo sin terminar siquiera de creerme que en un par de días estaría viviendo lejos de todo lo que me era conocido, mis padres, mi hermana, mis amigos, además  de tener que dejar la casa en la que me había vivido mis 17 años. Cuando estaba apunto de ser vencida por el sueño escuché una voz a lo lejos

"Kate"

Me levanté sobresaltada creyendo que había oído la voz de Alex aunque debía de ser cosa mía por que suponía que ya estaría durmiendo además de que cuando salimos no me dirigió la palabra, pero entonces lo volví a oír

"Kate, ¿estás despierta?"

"Ahora si, que ocurre"

"Nada solo quería probar a cuanta distancia funcionaba la conexión"

Tenía que estar tomándome el pelo nadie en su sano juicio se tragaría esa mentira

"Ya claro, y también me dirás que es que no tenías nada que hacer"

- Parece que alguien está un poco a la defensiva ¿no?

Esta vez la voz no la escuché en mi cabeza sino en mi misma habitación, así que estiré el brazo hasta encontrar la lamparilla y en cuanto la encendí pude ver a Alejandro apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa socarrona en la cara

- ¿Lo de vernos por las noches en las habitaciones se va a convertir en costumbre?, lo digo para estar preparada y no tener nada comprometido a la vista- dije siguiéndole el juego, este enseguida bajo la cabeza algo avergonzado, ni siquiera quería saber lo que podría estar pensando- Ahora enserio que ocurre

- ¿Que te ha parecido la idea de vivir juntos?, por que yo sinceramente tengo mis dudas

- No eres el único, desde que he vuelto al cuarto no he hecho otra cosa que pensar en ello, pero como bien dijimos aceptamos con todo lo que ello conllevara así que no hay vuelta atrás

Esté se acercó hasta mi cama y tal como hice yo la noche anterior se sentó en esta con la excepción de que los dos estábamos con la espalda apoyada en la cabecera y a mi parecer más juntos de lo que deberíamos

- Si soy sincero la mayor duda que tengo es si seremos lo bastante buenos para ser lo que ahora somos, yo nunca he tenido demasiadas responsabilidades, salvo estudiar, y tener que soportar esto tan grande...

- La verdad es que no me había parado a pensarlo, pero no tienes por que preocuparte, estamos juntos en esto y entre los dos lo haremos lo mejor que podamos y que sepas que nunca te voy a dejar, por que quien sabe a lo mejor nos convertimos en superhéroes y nos escriben cómics, y no pienso dejar que tu te lleves todos los laureles- dije bromeando para quitarle importancia a nuestras preocupaciones

Continuamos hablando sobre los posibles planes que tendría Daniel para nosotros y sobre todo nuestra opinión respecto a ellos, hasta que de pronto me vi apoyando la cabeza sobre el hombro de Alex, enseguida pareció tensarse pero poco a poco se fue relajando hasta apoyar tu cabeza en la mía. Seguíamos hablando pero cada vez los silencios eran más largos hasta que nuestras respiraciones se acompasaron y los dos nos dejamos caer en los brazos del sueño

lunes, 9 de septiembre de 2013

Capitulo 5: Transformación

Sabía que nos tenía que hacer la pregunta pero no estaba segura de querer oírla y menos todavía de tener que dar una respuesta definitiva 

- Si aceptamos- dijimos Alex y yo al unísono

- Esta bien, tenéis que pasar a la sala que se encuentra a continuación- dijo mientras señalaba el otro lado de la habitación- una vez entréis debéis poneros espalda contra espalda con el cuerpo completamente relajado y los ojos cerrados luego ya os avisaré cuando podéis salir.

Tras aquellas extrañas indicaciones me situé junto a Alejandro y los dos tendimos nuestras manos hacia el otro hasta que estuvieron completamente entrelazadas me yo busqué su mirada llena de dudas y enseguida me la devolvió pero llena de confianza y esperanzadora, ahora si que estaba preparada para lo que viniera.

Nos dirigimos sin vacilar más a la sala que nos había indicado y en cuanto estuvimos frente a la puerta nos fijamos en la inscripción que había encima de esta que rezaba: Amor, ayuda y amistad, al parecer una ver convertidos esos eran nuestros cometidos. Empujé suavemente  la puerta con la mano que me quedaba libre, entramos y nos situamos justo en el centro.

- Bueno llegó la hora- dijo Alex intentando quitarle importancia

- Si- dije con la sonrisa más falsa que había utilizado en toda mi vida

- Todo saldrá bien- este me atrajo hacia si y me estrechó entre sus brazos a la vez que me acariciaba la espalda en señal de apoyo. Si hubiera podido me hubiera quedado toda la vida así, aunque tecnicamente íbamos a estar todo lo que nos quedara de vida allí.

Nos colocamos tal y como Daniel nos había ordenado y enseguida empecé a notar como una ola de calor se extendía por todo mi cuerpo, las manos de Alex y las mías se rozaban y una sacudida me recorría todo el cuerpo hasta que noté la nuca ardiendo, como si me clavaran un cuchillo afilado, hasta que ese intenso dolor se desvaneció y me comenzaron a escocer los ojos.

No sabía cuanto tiempo había pasado hasta que de nuevo abrí los ojos y volvía a estar acostada en mi cama, recorrí toda la habitación en busca de Alex o de Daniel y pude ver a este último sentado en una silla a los pies de la cama.

- Ya era hora

- ¿Q-que ha pasado?

- Una vez completada la transformación tu y Alejandro os habéis desmayado, en cuando pude entrar os llevé a vuestras camas

- ¿Pero el está bien?

- Si, el solo ha tardado un par de minutos en reponerse, pero tu en cambio llevas unas dos horas inconsciente

Me sentí un poco mal, no por haberme desmayado sino por que Daniel tenía un deje de reproche en su voz por ello, como si esperara que a mi no me fuera a pasar. Me levanté lentamente ya que al incorporarme me dio un pequeño mareo y me dirigí hacia el cuarto de baño para beber un poco de agua. Al levantar la cabeza para mirarme al espejo pude comprobar que mis ojos ya no eran del mismo color que antes ahora conforme te ibas acercando a la pupila se iban volviendo de un violeta intenso, creí que estaba alucinando y parpadeé varias veces para intentar despejarme pero me di cuenta de que no, mis ojos de verdad habían cambiado.

Salí del cuarto de baño apresuradamente y fui directa al cuarto de Alex, al entrar lo encontré sentado en una silla revolviéndose el pelo en señal de preocupación, ¿estaría preocupado por mi?.

- Claro que estaba preocupado por ti, si no te despertabas- dijo alzando la voz

-¿Por que has dicho eso?

- Por que tu lo has preguntado

- No que  va, solo lo he pensado ni siquiera había abierto la boca

Me acerqué a él para comprobar si también le habían cambiado el color de los ojos y efectivamente así fue, les había pasado como a los míos ahora se iban volviendo amarillos

- Tus ojos, han cambiado- dijo mirándome fijamente

- También los tuyos- respondí absorta

Se levantó de la silla y me adelantó para salir a mi habitación y hablar con Daniel, pero justo cuando se puso delante mía me pareció ver que tenía una especie de tatuaje en la nuca, no pude distinguir muy bien el dibujo así que opté por preguntar

-¿Que llevas tatuado?

- ¿Disculpa?, yo no llevo ningún tatuaje

- Si que lo llevas, en la nuca- dije a la vez que me acercaba a él y le apartaba suavemente el pelo para poder contemplarlo mejor- llevas una A entrelazada a la K- rocé con las yemas de los dedos la zona que le había mencionado y enseguida hizo un gesto de dolor

- Déjame ver- dijo dándome la vuelta mientras me apartaba el pelo de la nuca- tu también llevas el mismo tatuaje

-¿QUE?

Fui corriendo hacia mi baño y allí cogí e espejo de mano y me situé con el pelo hacia el lado despaldas al espejo de la pared y entonces lo vi, tenía exactamente la misma marca que Alex. Salí disparada en busca de Daniel ya que me debía una explicación y como no lo encontré sentado en su despacho observando la puerta por la que yo acababa de entrar

- Los tatuajes no entraban en el trato, cuando mi madre lo vea me va a castigar de por vida, pero que digo me matará- dije prácticamente a gritos

- Kate cálmate- dijo muy tranquilo- esa marca como al igual que tus ojos nada más serán visibles para otras personas como vosotros, el resto de humanos os verán tal y como erais

- ¿Estás seguro?- pregunte ya mas tranquila

- Completamente, esos tatuajes están creados con el fin de conectaros, vayáis a donde vayáis el otro sentirá lo que vosotros sentís, penséis los que penséis el otro lo oirá, al igual que lo que veáis o si estáis en peligro, ahora os dejaré a solas para que os acostumbréis a vuestra nueva condición, si todo va bien mañana volveréis al mundo mortal

Dicho esto salió de la habitación y nos dejó solos. Yo me quedé mirando a Alex y este enseguida me devolvió a mirada. De pronto me sentí muy preocupada pero enseguida me di cuenta de que no era yo si no que estaba notando la preocupación de él.

- Deberías relajarte no tienes que estar nervioso

- ¿Y tu como lo...? a por lo que ha dicho Dani ¿no?

Yo no lo miré, ni siquiera le respondí ya que tenía la sensación de haber invadido su privacidad al sentir aquello, además también tenía mis propios problemas ya que si el podía oír mis pensamientos sabría todo lo que pensaba cuando estoy con el, o incluso a distancia

- No tienes de que preocuparte es algo a lo que nos tendremos que terminar acostumbrando

- ¿Cómo lo de leernos el pensamiento?

- Justo , no es algo que hayamos querido, lo hemos hecho por nuestros familiares y amigos

De pronto Daniel volvió a aparecer por la puerta con un deje divertido en su cara

- Se me había olvidado que vosotros nunca habéis oído hablar de los poderes de los Guardianes así que he vuelto para ayudar, lo primero que tenéis que saber es que poseéis prácticamente todos los poderes que podáis imaginar ya que vuestro cometido es ayudar a los humanos y debéis estar preparados para cualquier situación

- ¿Pero como utilizamos nuestros poderes exactamente?- dije intentando no parecer estúpida

- Es muy sencillo, lo único que tenéis que hacer es pensar en lo que queréis conseguir, venga quien quiere empezar

- Yo mismo, siempre que querido hacer una cosa

Y dicho esto Alejandro se acercó lentamente a la pared de su cuarto, cerró los ojos y extendió su mano hacia ella, de pronto esa se perdió en el cemento y enseguida reapareció

- ¿Has.. has atravesado la pared?

- Increíble

- Venga Kate, tienes que intentar algo lo que sea

Yo estaba súper nerviosa nunca había soñado con tener poderes ni nada por el estilo así que no se me ocurría nada, hasta que de pronto recordé lo que mi hermana decía "ojala tuviera rayos-x para poder copiar en los exámenes", in tenté concentrarme en poder ver atraves de los objetos... y de pronto centré la vista en Alex y empecé a reírme con todas mis ganas, Daniel y él se miraron extrañados más que eso casi pude oír como decían que estaba loca

- Me encantan los calzoncillos de patitos- dije entrecortadamente

Enseguida vi como Alejandro se ponía de un rojo muy intenso y se ocultaba un poco tras Dani
"Con la de cosas que puede hacer y elige verme la ropa interior" pensó

- Oye que mi intención no era ver tus modernos calzoncillos, solo he pensado en ver através de los objetos

- No me leas la mente

- Joder no puedo controlarlo

Sentí como la rabia me inundaba pero no podía ser yo, nunca me cabrearía por una cosa así por lo que no podía ser de otra persona

- Chico que tampoco es para enfadarse

Cada minuto que pasaba tenía la sensación de que había sido una idea horrible, no creía ni que duráramos dos días teniendo que convivir juntos 

miércoles, 14 de agosto de 2013

Capitulo 4: Difícil decisión

Este caminó hasta situarse justo a nuestra altura, pasó sus ojos de Alex a mi y viceversa como queriendo estudiarnos y acto seguido dio media vuelta y salió por la misma puerta por la que había entrado, yo miré a Alejandro el cual me la devolvió enseguida y optamos por seguir a aquel hombre tan peculiar.

 Al atravesar la habitación comprobamos que la sala contigua era una especie de despacho, tenía las paredes completamente blancas sin ninguna decoración y en el centro de esta había una mesa circular con tres sillas.Aquel hombre ya había tomado asiento en una de ellas dejándonos las dos situadas enfrente suyo, nosotros vacilamos solo un momento pero enseguida tomamos asiento.

 - Me alegra ver que por lo menos habéis dejado de discutir- dijo una una voz suave y cálida- vayamos por partes me llamo Daniel- y nos tendió la mano- seguramente tendréis muchas preguntas que hacer y yo os prometo que contestaré a todas ellas

Aquel hombre me inspiró un poco más de confianza ya que al parecer contestaría a todo aquello que le preguntáramos

- Lo primero que quiero saber es donde estamos-dijo Alejandro en un tono demasiado cortante

- Nos hallamos en la Sala del Cambio

Hablaba de una manera muy natural como aquel que responde a que hora es además si antes estaba confusa ahora lo estaba muchísimo más

 - ¿Y que se supone que hacemos aquí?- dije intentando dar respuesta a la pregunta que me rondaba la cabeza desde que había  despertado

- Veréis cuando una persona joven, de entre 15 y 23 años, muere por cualquier causa que no sea natural se le ofrece la oportunidad de regresar ya que todavía no debería de haberle llegado su hora, pero eso sí tiene que pagar un precio

- ¿Cual es ese precio?- dijo Alex mientras lo miraba con el entrecejo fruncido

- Tenéis que cambiar, es decir convertiros en Guardianes

- ¿Y que se supone que es un Guardián?-pregunté por curiosidad más que por interés

- En el mundo de los mortales son los llamados Ángeles

- Estarás de broma ¿no?-contesté incrédula

- ¿Por que he de estarlo? todo cuanto os he dicho es cierto, pero tenéis que saber que hay mucho que aprender si decidís aceptar además añadir que yo sería vuestro mentor y que vosotros seríais compañeros. Se que es una decisión difícil e importante así que tenéis toda a noche para pensarlo podéis volver a vuestras habitaciones yo estaré esperando aquí.

Alex y yo intercambiamos una mirada y acto seguido nos levantamos y salimos de la sala caminamos lentamente meditando todas y cada una de las
palabras que nos había dicho Daniel.

 - Buenas noches- dijo Alex una vez tenía el picaporte de mi cuarto en la mano

 - Buenas noches- le respondí con una sonrisa

No estaba segura de si iba a poder pegar ojo tenía muchas cosas en las que pensar. Al entrar vi otra puerta en a pared más cercana a la cama me acerqué a esta haber si también contenía más sorpresas pero la sorpresa me la llevé yo, al otro lado de esta había una replica exacta de mi cuarto de baño salvo por una silla junto a la puerta en la que había colgado un camisón de seda violeta y un conjunto de ropa interior blanco de encaje. Nunca había agradecido tanto una ducha de agua bien caliente y al salir me vestí y cepillé el pelo.

 Al salir me senté en a cama con las piernas cruzadas intentando que me entrara sueño hasta que por fin llegó y me acomodé entre las sábanas y dormí

Estaba en la habitación de un hospital sentada en un sillón viendo mi cuerpo tendido en una cama con mis padres y mi hermana al lado todos ellos tenían la cara más triste que había visto en toda mi vida y de vez en cuando veía como mi madre soltaba una lágrima.
De repente una de las máquinas a las que estaba conectada comenzó a pitar y enseguida llegó un doctor que intentó resolver el problema hasta que la máquina dejó de hacer ruido y  el médico le dio el pésame a mi familia.

Mi madre empezó a llorar a moco tendido mientras mi padre intentaba consolarla pero de poco servía ya que el también lloraba y que decir de mi hermana, su cara lo decía todo, parecía no terminar de creérselo y yo no podía seguir contemplando aquello.

Acto seguido me encontraba en mi casa sentada en el sofá oyendo los sollozos de alguien a lo lejos los cuales seguí hasta el cuarto de mis padres, allí vi a mi madre sentada en una butaca mirando por la ventana sin dejar de llorar, inspeccioné el cuarto buscando no sabía el que y comprobé que las pertenencias de mi padre no estaban, ni sus gafas de leer, ni los libros y al abrir el armario tampoco encontré su ropa, ¿es que se divorciaron después de mi accidente?.

Me desperté muy sobresaltada, empapada en sudor y con lágrimas rodando por mis mejillas, si eso era lo que pasaría si rechazaba tenía mucho en lo que pensar aunque lo más seguro sería que aceptara.

Necesitaba hablar con alguien y ¿quien mejor que otra persona que estuviera en mi situación?, al levantarme me dirigí al baño para lavarme la cara y acto seguido fui al cuarto de Alex. Al entrar lo vi acostado en a cama boca arriba mirando al techo, me acerqué muy despacio por si estaba durmiendo pero enseguida giró la cabeza hacia mi.

- ¿Qué estas haciendo aquí?- preguntó confuso, no podía verle la cara así que tendría que fiarme de mi instinto

- No podía dormir necesitaba hablar con alguien

Alejandro encendió una lamparilla que estaba junto a su cama en la mesita de noche y se incorporó hasta que estuvo sentado con la espada apoyada en los barrotes del cabecero.

- ¿Tu también has tenido una pesadilla?

- Es que no ha sido exactamente una pesadilla, parecía tan real...

- Has visto lo que pasaría si no aceptáramos

- ¿C-como lo sabes?

- A mi me ha pasado lo mismo

Me senté a los pies de la cama con las piernas cruzadas, este gesto provocó que Alex se tensara mucho y enseguida comprobé por que, el camisón se me había subido y dejaba ver todas mis piernas, lo estiré un poco sin ningún resultado pero no había ido allí a ligar

-¿Has estado pensando en la proposición de Daniel?

- No he hecho otra cosa, y el sueño...., si no aceptamos mucha gente sufrirá por culpa de nuestra estupidez

- Así que admites que la culpa es de los dos

- Si, los dos metimos la pata de una forma u otra pero no quita que deberías haber ido más despacio

- Tienes razón y o siento mucho no quería que pasara todo esto- dije dejando escapar varias lágrimas

- Eh, no pasa nada- dijo sentándose a mi lado, levantó la mano izquierda y con el pulgar me secó las pequeñas gotas que el llanto habían dejado

- ¿Crees que deberíamos aceptar?

- No estoy seguro pero si lo hacemos todo será más o menos como antes, cierto que cambiarán muchas cosas pero mejor eso que hacer que nuestros allegados sufran

- Sabes que nos tendremos que ver casi a diario ¿verdad?

- ¿Por que lo dices?

- Daniel dijo que tendríamos que ser compañeros y por lo que me parece no te he caído demasiado bien

- Es cierto seremos compañeros, pero no me caes mal, siento que antes hayamos discutido estaba muy furioso y yo también tenía parte de culpa, además aprenderemos a ser incluso amigos- dijo con una gran sonrisa

Lo miré directamente a los ojos en los que se reflejaba la luz de la lámpara y por un momento pensé que me besaría pero enseguida recobró la compostura y se alejó un poco de mi aunque no perdió esa preciosa sonrisa. Estuvimos hablando durante horas hasta que finalmente la puerta del despacho de Daniel se abrió.

- Entonces...¿aceptáis?

jueves, 8 de agosto de 2013

Capitulo 3: No estoy sola

Abrí muy despacio la puerta a expensas de lo que podría haber al otro lado, pero lo que vi no era nada del otro mundo incluso lo agradecí aunque por otro lado era muy raro.

La habitación era igual que la mía, peor en vez de lila todo era con tonos amarillos, acto seguido mi vista se fijó en un chico que se encontraba junto a la puerta de la misma manera que yo había estado pocos minutos atrás.

Me hizo mucha gracia así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, gastarle una broma.

- Eh tú ¿se puede saber que estas haciendo?- dije sobresaltándolo


Este se giró muy rápido, tanto que dio un pequeño traspiés  y casi se cae hacia atrás. Al hacerlo comprobé que parecía mas o menos de mi edad aunque no podía estar del todo segura tenía el pelo castaño un poco mas arriba del hombro y unos preciosos ojos verdes que parecían atravesarte. Al incorporarse también vi que era bastante alto, bueno al menos en comparación conmigo.


No sabía por que pero de repente me había puesto muy nerviosa, algo que era muy raro en mi ya que casi nada solía hacerlo, pero ya que había sido yo la primera en hablar tendría que continuar. Algo me pedía que saliera de allí a toda prisa pero decidí ignorar esa pequeña parte de mi y me quedé donde estaba a la espera lo que el contestara.


- Y-yo.. lo siento, no quería....- dijo tartamudeando, al parecer no era yo la única que estaba nerviosa.


No tenía ni idea del por que pero aquellos penetrantes ojos me tenían petrificada, creía que como siguiera mirándome tan profundamente me caería de un momento a otro. Nunca había sentido algo tan fuerte con solo una mirada, hasta había conseguido que me erizara, parecía fría pero muy cercana pero que digo ya deliro.


Me serené tanto como pude para que no notara todas las locuras que pasaban por mi cabeza en aquel instante.


- Tranquilo solo estaba bromeando- dije al tiempo que contemplaba como se relajaba su rostro- por cierto soy Kate ¿y tu?


- Yo me llamo Alejandro, encantado- dijo mientras me tendía la mano, yo la acepté y en cuanto nuestros dedos se tocaron sentí esa corriente que había notado hacía tan solo un momento- por cierto ¿sabes donde estamos?


- La verdad es que no, he llagado hace.... bueno en realidad no se hace cuanto, yo también estaba en una sala igual que la tuya pero con colores diferentes y fotos mías- dije sonriendo a la vez que señalaba una foto de la pared.


En esta había un pequeño bebé dentro de una bañera junto a un hombre que intentaba bañarlo, por los dos parecidos deduje que debían de ser el y su padre. Alex se dio cuenta de la foto que había captado mi atención y acto seguido se puso delante para taparla mientras se ponía colorado.


-¿Y tu como has..?


Este se pudo a meditar mi pregunta, mientras que se revolvía el pelo con la mano, y justo en ese momento me pareció una de las cosas mas tiernas del mundo¿pero en que demonios piensas Kate?,pude notar como mis mejillas enrojecían debido al rumbo que estaban tomando mis pensamientos.


-Lo que pasó es que iba por la carretera hablando por teléfono con unos amigos que me daban la lata para que no tardara mucho en llegar a Dioniso,o dios mio, cuando una loca en moto que iba a toda velocidad se estrelló contra mi coche.


Dios santo fue con el con quien me estrellé, me sentía super mal, pero ya me lo había figurado cuando había dicho hacia donde se dirigía, aunque por otro lado sino hubiese ido hablando por teléfono no habría pasado nada, así que no le iba a dar la satisfacción de que me echara toda la culpa


- Creo que no me he presentado bien, hola soy la Loca ¿y tu?


-¿Tu eras la loca de la moto?


- ¡Que dejes de llamarme loca!


Su gesto se endureció bastante lo que me gustó todavía más, por que le daba un toque a chico malo que..., Kate estas cabreaba con el céntrate


- Por tu culpa estamos aquí- dijo chillando


- Perdona pero tu tampoco estas libre de culpa- dije con indignación


- Pero la mayor responsable eres tu


- ¿Yo?, a lo mejor si no hubieras ido con el estúpido móvil...


-¿Me echas la culpa?


Poco a poco fuimos aumentando el volumen hasta que aquel lugar estuvo lleno del ruido proveniente de nuestros gritos, no recordaba haber estado tan cabreada en toda mi vida y a el parecía que en cualquier momento empezarían a echarle fuego los ojos


De repente la puerta por la que iba a salir  Alejandro se abrió de par en par dando paso a un hombre guapísimo, ambos dejamos de discutir en el acto y nos quedamos mirándolo mientras este con paso lento pero decidido entraba en la habitación.


Nunca había visto a un ser tan bello tenía el cabello cobrizo con muchos reflejos rubios y unos ojos azules tan claros que parecían casi blancos, y la piel era tan pálida que por un momento creí que era de porcelana

viernes, 2 de agosto de 2013

Capitulo 2: El despertar

Empezó a dolerme la cabeza mucho y abrí los ojos algo confusa pero no conseguí ver nada de nada, solo me desoriente más si podía.

A mi alrededor se extendía la oscuridad mas absoluta, no conseguía hallar ni un mínimo atisbo de luz, a ello se le sumaba el no saber donde me encontraba lo que casi provoca que me entrara pánico pero mi curiosidad y poco sentido del peligro venció, y decidí que aunque estaba en un lugar blandito y muy cómodo debía averiguar donde me encontraba.

Me incorporé con cuidado ya que la cabeza todavía me daba vueltas, y una vez me hube sentado estiré las piernas para llegar al suelo aunque con mucho cuidado por que no sabía la altura que podía haber. Enseguida lo toque con la punta de los dedos y la sala se iluminó por completo revelando una enorme habitación sin ninguna puerta o ventana que me indicara que hora, ni tan siquiera si era de noche o de día.

Tres de las paredes que formaban la habitación estaban pintadas de un violeta claro y pude observar una preciosa cama sacada de una de las películas de niñas ricachonas con sábanas de seda morada y el ribete dorado, aunque esto no era lo que más llamaba la atención del lugar sino la pared que había enfrente de mi. En esta se podían observar multitud de fotografías aunque al principio no reparaba en quienes podían ser ya que no tenía mis gafas y prácticamente no veía de lejos. Poco a poco me fui acercando hasta que la imagen se fue volviendo más nítida y enseguida pude reconocer las tres caras de la primera fotografía.

Lo primero que me llamó la atención fue la mujer alta delgada con el pelo castaño y nos preciosos ojos verde esmeralda que sostenía a una pequeña recién nacida con el pelo castaño  y los ojos de un gris idéntico al mercurio iguales a los del hombre que se hallaba a su lado, este también era muy alto pero a diferencia de la mujer su pelo era negro azabache.

Me quedé perpleja ante aquella visión pues enseguida me di cuenta de quienes eran aquellas personas, eran mis padres en la primera foto de familia que nos hicimos. No tenía ni idea de que estaba pasando y cada vez la cosa se ponía mas rara si se podía.

Fui recorriendo la tira de imágenes en la que cada una mostraba un acontecimiento de mi vida, en algunas me inundaba una gran alegría pero en otras me resultaba imposible no derramar ni una sola lágrima, pero al contemplar la última fotografía apoyé mi espalda contra la pared contigua y deslicé por ella hasta llegar al suelo y por primera vez en mi vida me abandoné a las lágrimas y lloré todo lo que pude y más.

Siempre había mantenido la calma y había actuado bien pero verte en el suelo medio muerta junto a tu moto no es una escena digna de contemplar por nadie. Ahora recordaba algo de lo sucedido, al salir del bar tan cabreada a tanta velocidad no me dio tiempo a frenar cuando aquel coche apareció de la nada. Estaba mucho mas confusa que antes, si había tenido un accidente, ¿donde se suponía que estaba, no debería estar en el hospital?.

Intenté no perder la calma ya que no me serviría de nada ponerme histérica y no darme por vencida, tenía que encontrar todas las respuestas que necesitaba y la manera de salir así que me sequé las lágrimas con el dorso de la mano y me levanté con la intención de buscar alguna pista o a alguien que me ayudara, pero al levantar la cabeza vi una puerta de madera en la pared del fondo.

Estaba convencida que unos minutos antes no estaba pero parecía la única salida así que me encaminé hacia ella con decisión o al menos con toda la que pude reunir el aquel momento ya que tenía las piernas algo temblorosas. A cada paso me entraba un poco más el pánico ami parecer irracional por que aquel lugar parecía de todo menos peligroso.

Cuando llegué y me paré a observarla vi que no tenía picaporte, en su lugar habían unas pequeñas alas desplegadas de un color violeta que parecía resplandecer, me acerqué un poco más a ellas para examinarlas un poco mejor, extendí la mano hacia estas  y en cuanto mis dedos las rozaron emitieron un pequeño tintineo como el de una campanilla y se hundieron ligeramente en la puerta al tiempo que esta cedía y se abría con un chasquido.

jueves, 4 de julio de 2013

Capitulo 1: Mis últimos momentos

Era la primera semana de Septiembre y tan solo quedaban 4 días para comenzar el nuevo curso y 2º de Bachillerato estaba a la vuelta de la esquina, pero no sabía por que últimamente tenía muy malas sensaciones y encima de que yo no era nada fiestera...., pero finalmente me decidí y terminé de arreglarme.

Me había puesto unos pantalones cortos azules, con una camisa blanca y las sandalias de tacón que me regaló mi madre por mi cumple del mismo color, pero lo malo era que con ellas me costaba un poco conducir la moto pero me conciencie de que iría despacio. Acto seguido fui a comprobar en el espejo que tal había quedado la media hora de probarme casi todo lo que tenía en el armario, y una chica bajita de pelo castaño me observaba tras unas gafas negras con unos pequeños ojos grises. Decidí que no estaba demasiado mal ya que nunca había querido ir demasiado arreglada.

Me puse a buscar el casco pero no lo encontraba por ningún lado hasta que recordé que me lo había dejado en casa de Elías, pero bueno ya lo recogería por la mañana.

Me coloqué la chaqueta de cuero, cogí el móvil, el dinero y las llaves y me fui dándole un abrazo rápido a mi hermana Clara, ya que mis padres no estaban pues era su aniversario y lo debían de estar celebrándolo en algún bonito restaurante.

Monté en la moto con sumo cuidado por que no quería arriesgarme a tener un accidente. Al llegar aparqué justo enfrente del pub Dioniso y me encaminé hacia la puerta de este. Al entrar mi mirada recorrió todo el local en busca de mis amigas pero lo único que conseguía ver era muchísima gente bailando en el centro de una pista color plata con un montón de luces parpadeantes las cuales dificultaban mucho la vista.

Fui hacia la barra para no quedarme plantada en la entrada como una tonta y al girarme me percaté de que Ali estaba sentada un par de taburetes más allá con Ismael, este si me vio pero le hice una seña para que no dijera nada y poder acercarme sigilosamente y darle un susto a Ali.

Poco a poco me coloqué detrás de ella y sin previo aviso le tapé los ojos con las manos, gesto que ella no esperaba ya que se sobresaltó y acto seguido comenzó a palpar mi muñeca en busca de alguna pista que le indicara quien era.

Cuando llegó a la pulsera de la que pendían tres pares de alas en colores con nuestras iniciales supo enseguida que era yo pues me la habían regalado ella y Lucy.

-Kate que susto me has dado, que guapa que vas- respondió mientras me hacia girar para mirarme por completo

Yo me quedé contemplándola unos instantes y no conseguía entender como ella, con ese precioso pelo rubio y aquellos ojazos azules, por no mencionar lo alta y esbelta que era y encima llevaba un vestido ajustado en rosa pálido a juego con la pequeña pinza del pelo que unía dos mechas en la parte posterior de la cabeza y para rematar unos altísimos tacones en color negro seguramente a juego con el bolso, podía siquiera mencionar que yo iba guapa, cuando no había comparación.

- Tu si vas guapa

- Bueno las dos estáis increíbles dejemoslo en tablas- dijo Ismael riéndose a la vez que me daba un cariñoso abrazo.

Me senté junto a ellos y pedí una refresco, estuvimos hablando una media hora hasta que reparé en que no había visto a Lucy por ningún lado, me dediqué a buscarla con la mirada y como no, la encontré en el centro de la pista bailando con un tío buenísimo y al finalizar la canción se acercó hacia nosotros.

-Hola cariño- dijo dándome un gran abrazo

- Veo que te lo estabas pasando de miedo

- Ay Kate, la vida es muy corta hay que vivirla- dijo arrastrándome con ella a la pista

Empezamos a bailar como si no hubiera mañana y durante las tres horas que allí estuvimos no pararon de acercarse tíos, ya que ¿quien no querría ligar con una chica delgada aunque no muy alta con el pelo castaño muy largo y unos grandes ojos marrones?,pero aquello era demasiado, así que cuando terminó la canción volvimos a la barra aunque Alicia e Ismael ya no estaban

Tras beberme dos refrescos necesitaba ir con urgencia al lavabo, pero cuando estaba apunto de llegar vi a una pareja besándose y por inercia sonreí ya que el chico me recordaba a Elías, de pronto la pareja se separó y no solo me recordó a el sino que lo era. Este levantó la cabeza y fue cuando reparó en mi presencia aunque yo ya había empezado a alejarme hacia la puerta un poco mareada y con la vista algo nublada.

Siempre había sido una chica fuerte e ignorar todo el mal que me pudieran hacer los otros con sus insultos y sus bromas pero en lo más profundo de mi yo sabía que eso no era verdad que era muy sensible aunque nunca había derramado ni una sola lágrima y esta vez no iba a ser diferente por muy vulnerable y débil que me sintiera no cedería.

Finalmente un par de lágrimas rebeldes consiguieron lo que nadie había conseguido, que llorara, pero no pensaba dejar que viera cuanto me había dolido aquel engaño, así que me fui lo más rápido que pude del pub dejando a mis amigos algo aturdidos que intentaban llegar hasta mi abriéndose paso entre la gente sin ningún éxito.

Llegué corriendo hasta Lola y me subí en ella metiendo a la vez las llaves en el contacto mientras que por el retrovisor pude ver a Elías haciéndome señas para que volviera, pero estaba tan furiosa que si volvía no sabía que sería capaz de hacer, así que aceleré todo lo que pude y enseguida me encontraba en una carretera solitaria lo que agradecí enormemente al acelerar todavía más.

Como podía haber sido tan idiota de creer que de verdad le gustaba, ocho meses perdidos por culpa de un imbécil que enseguida encontró a otra mejor que yo.

De repente vi un destello de luz cegador y después todo se quedó oscuro. Siempre había oído que cuando estás en una situación difícil ves pasar toda tu vida a modo de película pero lo único que fui capaz de ver fueron todas las buenas acciones que había hecho. Generalmente mi actitud solía ser buena ya que intentaba actuar racionalmente si bien no siempre lo conseguía ya que logré recordar cuando en 6º curso noqueé a una de las populares de clase, Isabella, ya que estuvo todo el curso riéndose de mi y de mis amigas por que nos pusieron el aparato justo el mismo mes.

jueves, 13 de junio de 2013

Prólogo


Las gotas chocaban violentamente contra el cristal del coche. Todavía seguía sin poder creer lo rápido que había sucedido todo, tan solo había pasado un curso, en un curso no pueden cambiar tanto las cosas pensareis, pero no es así. Ya nunca volvería a ser la misma, incluso mis amigas habían cambiado aunque no se si para mejor o peor, aunque ¿debería llamarlas enemigas?, siempre dicen que todo depende con el cristal con que se mire. Hasta he tenido que abandonar mi hogar, mis padres, mi hermana, aunque ellos nunca lo sabrán ni siquiera recordarán que yo existo.



Pero ahora no podía lamentarme, por lo menos habíamos salido con vida todos, bueno..... la verdad es que todos no. La lluvia seguía sin parar de caer y esta reflejaba mi estado de animo aunque en verdad yo estaba muchísimo peor.

 Odiaba que estuviera lloviendo por que eso era señal de lo que se avecinaba y me demostraba que todo lo vivido no había sido una horrible pesadilla, pero realmente si lo era aunque por desgracia nunca despertaría de ella.

Aunque diría que me estoy adelantando, creo que debería empezar por el principio de como mi perfecta vida se desmoronó por completo, el día en el que nadie volvió a ser el mismo y ya absolutamente nada volvería a ser como antes.


Así que lo primero es lo primero presentaciones, me llamo Katherine Lieme (apellido inglés) y tengo 17 años, y la verdad siempre he sido una chica muy normalita, yo era la típica estudiante que pasa desapercibida, de esas que llevan gafas y no está precisamente delgada, ya sabéis la santurrona que siempre saca buenas notas. 


Aunque por propia experiencia debo decir que las cosas no siempre son lo que parecen y que la persona que menos te lo esperas puede sorprenderte